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restaurador, pero que, denunciado ·a Herrera, dió motivo para
que éste, intimidado, se retirar
apre uradamente de Sabandía
al cuartel jeneral d
I o:xi. lriz rri volvió al cantan chileno, lle–
vando las proposiciones convenidas con el jeneral Herrera (
I ).
Entre tanto, como el enemigo deseaba en realidad tratar, se
dieron excusas por las hostilidades del coronel Grueso, a quien
se hizo respetar el armisticio, del que en realidad no había te–
nido noticia,
i
e le mandó devolver k,s pri ioneros i animales
tomados en Vítor.
Ningun documento conocemos que dé noticia circunstancia–
da de la negociaciones de Sabandía, como no sea la relacion
que publicó mas tarde el mismo negociador Irizarri i cuya parte
mas sustancial vamos a esponer.
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En el primer dia del armisticio (dice dicho negociador), se
trató entre el jeneral Herrera
i
yo sobre la naturaleza de los ar–
tículos del tratado de paz que podíamos hacer, i de pues de
haber este jcneral protec:;tado solemnemente que no oiria propo–
sicion alguna relativa a mudar nada en el órden político exis–
tente en la Confederacion, yo le propuse entre otros artículos el
siguiente:
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El Supremo Protector de la Confederacion perú-bo-
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liviana declara solemnemente, como lo ha hecho antes de ahora
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ante Dios i los hombre , que ni directa ni indirectamente, ha
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procurado ofender la gloria de la nacion chilena; que no tuvo
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parte alguna en la espedicion que hizo don Ramon Freire, con
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el objeto de introducir la guerra civil en aquel pais; ni rnénos
(1)
Diario de Sutcliffe.-No se dice en este documento cuál fué el tenor
de aquella proposiciones, por lo que es de creer que Sutcliffe no t1rvo co–
nocimiento de ella . Sutcliffe añade que el jeneral Blanco no quiso su cri–
bir el proyecto de tratado que le presentó Irizarri a su regreso de Saban–
d:a. Esta circunstancia fué probablemente el oríjen de cierta especie que
circuló mui válida entre los peruanos que habían
eguido al ejército de
Chile, a aber: que Blanco rechazó con indignacion un proyecto de tratado
que le presentó Irizarri,
i
recon ino acremente al negociador por haber
convenido en una condiciones de paz verdaderamente oprobiosas. Se hizo
mérito de esta imputacion en la historia publicada en
El Jlfácurio,
de Val–
paraiso (Enero de
1838 ),
obre la campaña del ejército re taurador. (Nota F
del Apéndice). Irizarri de mintió el cargo en su
lmpugnacion a los artículos
publicados en «El ltlercuri·o1), de Valparaiso, sobre la campaiia del Ejército
restaurador.-Arequipa,
1838.