CAPÍTULO
VII
-(i)-
El 8 de Noviembre lleg6 a Arequipa un parlamentario de
parte del jeneral Herrera, a quien Blanco a u vez envió otro
parlamentario, que no pudo penetrar hasta Poxi i tuvo que
entregar la correspondencia al jefe de una avanzada en Molleva–
ya. Tratábase de abrir negociaciones, para lo cual se convino
en un armisticio;
i,
en consecuencia, partió don Antonio José
de I rizarri para tratar con Herrera en Sabandía, a dos leguas de
Arequipa. El sub-prefecto Rivera i el coronel Guilarte fueron
de parte del enemigo a inspeccionar el ejército chileno,
i
con
análogo objeto marchó a Poxi, de parte del jeneral Blanco, el
capitan Murillo. Al segundo dia del armisticio, i estando pen–
diente la negociacion de un tratado, súpose que el coronel
Grueso, al mando de una columna de caballería, destacada del
ejército del centro, habia atacado a Islay i luego al pueblo de
Vítor, haciendo prisioneros a algunos soldados chilenos i to–
mando todo el ganado que se hahia reunido en este último
punto para el ejército de Chile. Esta circunstancia produjo gran
indignacion en los invasores, i no faltó quien aconseja e a Blanco
un acto de represalia en la persona del mismo jeneral Herrera,
acto que, por supuesto, se neg6 a ejecutar el jefe del ejército