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tado Mayor del ejército expedicionario el jeneral don José San–

tiago Aldunate ;

d e~ i gn a ci on

acertada, pues a la honro a hoja de

'

servicios con que contaba A ldunate, juntábasc su conocimiento

práctico del territorio peruano, en que habia hecho la campaña

de la independencia de aquel pais, bajo las 6rdenes de San Mar–

tin. En efecto, Aldunate se habia distinguido desde mui tem–

prana edad en las campafías de la revolucion de independencia

de Chile, desde 1813 hasta 1826, probando en toda ocasion ser

un honrado, pundonoroso e intrépido militar. En 1820 parti6 al

frente del batallen número

2,

con el ejército chileno-arjentino

destinado a dar independencia al Perú. Batióse brillantemente

en la accion del cerro de Paseo (Diciembre de 1820),

i

concurrió

a la ocupacion de Lima, de donde salió luego incorporado en

una división encargada de expedicionar sobre el sur. Herido i

prisionero en el combate de Macacona (Abril de 1822), Aldu–

nate fué tratado por el enemigo con especial consideracion

i

respeto, hasta que obtuvo su libertad, mediante el canje con un

prisionero de importancia. En 1824 se retiró del Perú con los

últimos restos del ejército chileno.

Sometido el archipiélago de Chiloé a la obediencia de las au–

toridades de la República, quedó Aldunate como intendente de

aquella provincia, que rebelada luego a favor del jeneral O'Hig–

gins, fué sometida de nuevo i volvió a la obediencia del Gobier–

no constituido, contribuyendo particularmente a ello la entereza

i

honradez del intendente, a pesar de figurar un hermano suyo

entre los aj entes revolucionarios. En 1827, a los 31 años de edad,

fué promovido al grado de jeneral de brigada. Como intendente

de Chiloé i mas tarde de Coquimbo, despleg6 notables dote de

administrador, haciéndose estimar siempre por su prolija labo–

riosidad, i sobre todo, por su espíritu recto i justiciero.

El Gobierno protectora}, entre tanto, discurria

i

meditaba sus

planes de guerra. Preocupóle por algun tiempo la idea de inva–

dir a Chile por el norte, atravesando el desierto de Atacama,

como que para este fin hizo estudiar

i

explorar los derroteros

por donde mas fácilmente pudiera practicarse una expedicion

militar (

1 I ).

Pero este proyecto fué abandonado. Acaso Santa

(n)

Existen en e] archivo del Ministerio de Relaciones Exteriores dos