Previous Page  7 / 44 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 7 / 44 Next Page
Page Background

LIBROS & ARTES

Página 5

omo en la mayoría de

sus piezas, también en

esta es el entramado con el

que se propone, y no la fá-

bula, lo que le da cierto va-

lor literario al drama y nos

permite hacer una serie de

consideraciones en torno a

la poética del autor.

Al contrario de las no-

velas, donde trata de repre-

sentar de forma verídica la

realidad cotidiana, en sus

dramas Mario Vargas Llosa

remarca que «El teatro no es

la vida, sino el teatro, es de-

cir otra vida, la de mentiras,

la de ficción».

1

Por tal mo-

tivo, exalta la virtud de la

‘mentira’ por encima de la

realidad. La mentira, por

otro lado, constituye la base

de la creación literaria; y

para el hombre crear, inven-

tar historias es necesario, en-

tre otras cosas, para aplacar

los «apetitos» de la fantasía

que «[…] siempre desbordan

los límites dentro de los que

se mueve ese cuerpo mortal

al que le ha sido concedida

la perversa prerrogativa de

imaginar las mil y una aven-

turas y protagonizar apenas

diez».

2

Esto, como se verá, no

vale sólo para los hombres

de carne y hueso: en las pie-

zas de Vargas Llosa, también

los personajes de ficción (a

quienes el autor les concede

aún menores posibilidades de

las que se les da a las perso-

nas en la vida real) parecen

buscar el escape de la fanta-

sía para sobrevivir. Este de-

seo de construir historias,

pues, es el resorte que les da

vida a los acontecimientos

en la escena: sendas recupe-

raciones del pasado por par-

te de los personajes (enrique-

cido con lo que Vargas Llo-

sa define el «elemento aña-

dido») traducen el anhelo de

salir del rol gris y marginal

que les ha deparado su crea-

dor

3

para permitirles ser pro-

tagonistas de aventuras que

nunca sucedieron.

...

La Chunga

4

está dividida

en dos actos y quince cua-

dros (cinco en el primer acto

y diez en el segundo); y cada

uno de estos últimos lleva un

título que define o comenta

a veces la acción, otras ve-

ces la perspectiva o algún que

otro personaje.

El argumento de la pie-

za, como se acaba de decir,

es bastante simple. En una

tasca de las afueras de Piura,

cuatro amigos –que se auto-

definen los Inconquistables –

juegan a los dados como to-

das las noches. Y, como to-

das las noches evocan el epi-

sodio de cuando Josefino, el

más mujeriego del grupo, lle-

vó al barucho a su última

conquista, para alardear de

ella con los compañeros y

presentársela a la Chunga, la

dueña del mugriento local.

Esta última, presa de la jo-

ven y bella Mercedes, no se

preocupa de ocultar su deseo

de entrar en intimidad con

la ingenua Mechita.

Todos recuerdan que, esa

noche, Josefino pierde a los

dados una gran cantidad de

dinero; y que este, habiendo

notado la debilidad de la

Chunga hacia la muchacha,

le propone un trato: por tres

mil soles, le alquilará a Me-

che una noche entera.

La Chunga acepta y se va

con la joven al cuarto de

arriba. Lo que pasa a partir

de ese momento nunca se

sabrá. Lo único cierto es que

Meche, a partir de esa no-

che, desaparece para siem-

pre. Así que en el presente

de la escena, después de un

tiempo indefinido, al reme-

morar el episodio, cada uno

de los Inconquistables crea

la continuación de aquella

historia, y la revive, como si

fuera un auténtico recuerdo,

según su propia perspectiva

individual, determinada por

los demonios personales.

Cuando los personajes

vuelven del tiempo de la

memoria al presente de la

evocación, es la hora de ce-

rrar el bar. Los Inconquista-

bles se van pensando en la

próxima noche de vagancia

que pasarán en la tasca de

Piura.

...

Como se puede apreciar,

se trata de una historia plan-

teada con un procedimiento

analéptico, donde la parte

fundamental no es represen-

tada por el «relato primero»,

sino por el «secundario»,

5

que consiste en la recupera-

ción retrospectiva del pasa-

do. De hecho, es paradóji-

camente en este segundo pla-

no donde los Inconquista-

bles, dejando el tiempo casi

estático del presente (en que

únicamente se juega la par-

tida de dados) y penetrando

en el de la memoria, se ven

involucrados en secuencias

de cierto dinamismo.

Además, como se verá, la

temporalidad del presente de

la escena, ya lenta de por sí,

en algunos momentos llega-

rá hasta a bloquearse, para

dejar espacio al tiempo sub-

jetivo del recuerdo: los acon-

tecimientos del pasado re-

memorado, que en la mente

fluyen en pocos segundos, en

las tablas tienen que ser re-

presentados necesariamente

según el tiempo objetivo de

los relojes; así que para po-

der exponer los pocos ins-

tantes en que se construye

el recuerdo y dar la idea de

la rapidez del pensamiento

con respecto a la temporali-

Domenico Antonio Cusato

La Chunga

de Mario Vargas Llosa

TIEMPOS Y PERSPECTIVAS

DE LAMEMORIA

Pocos son los estudios sobre la producción teatral de Mario Vargas Llosa,

ya que la mayoría de los críticos considera este género como una ocupación marginal del escritor

peruano. Sin embargo, las piezas de nuestro autor no son menos interesantes que sus obras narrativas,

puesto que ponen de relieve su concepción sobre qué es y cómo se debe construir un texto literario.

C

1 Idem, «El teatro como fic-

ción», introducción a

Kathie y el hi-

popótamo

, cit., pág. 11.

2 Ibidem, pág. 10.

3 Sobre la problemática unamu-

niana a la que, tal vez inconsciente-

mente, se rehace Vargas Llosa (a pro-

pósito del personaje que trata de inde-

pendizarse de su creador), remito a mis

trabajos. «La señorita de Tacna» ovve-

ro la vocazione narrativa di Mario Var-

gas Llosa, en

Cultura Latinoameri-

cana

, nos. 1-2, 1999-2000, pág.

125 y Scarti temporali e intrusioni

metalettiche in «Kathie y el hipopóta-

mo» di Mario Vargas Llosa, en

Atti

del II Convegno di Studi su «Tes-

to, metodo, elaborazione elettro-

nica»

, Messina-Milazzo, 18-20 apri-

le 2002 (al cuidado de D. A. Cusato,

D. Iaria, R. M. Palermo), Messina,

Andrea Lippolis Editore, 2002

(c.d.s.).

4 Mario Vargas Llosa,

La Chun-

ga

, Barcelona, Seix Barral, 1983. La

edición que se utilizará en este trabajo

es la publicada por la misma editorial en

1990.

5 «Toda anacronía constituye con

relación al relato en que se inserta – en

que se injerta– un relato temporalmen-

te secundario, subordinado al primero

[…]». Cfr. Gérard Genette,

Figuras

III

, Barcelona, Editorial Lumen,

1989, pág. 104.

La actriz Delfina Paredes en el papel de la Chunga, la dueña del local donde se desarrolla la historia.