LIBROS & ARTES
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ELEGÍA A LA MUJER INVENTADA
Una mujer o su sombra de yedra
llena esta soledad de lámparas vacías.
En la memoria del corazón
está marchita una flor,
un nombre de mujer.
Los ojos de la ausencia
están llenos de lluvia, de paisajes helados y sin árboles.
¿Quién conoce el nombre de esa mujer
que olvida su cabellera en los ríos del alba?
¡Qué difícil es distinguir entre la noche
y una mujer ahogada hace tiempo en un estanque!
El desmayo de una flor no se compara
al silencio de sus párpados cerrados.
(de
Descubrimiento del alba
)
LA ROSA DE SU NOMBRE
La rosa, la rosa siempre,
La rosa que me acompaña.
Aquí estoy de rosa a rosa
Esperando la condena
Del que a la rosa se entrega,
Disperso bajo la Luna,
Soñando la rosa que era.
No busquéis rosa ninguna.
Descubridla en Primavera.
LA ROSA ETERNA
En la mañana vacía
vestida de su alborada;
en la tarde fenecía
cual la rosa de la nada.
Estaba abierta de día,
de noche estaba cerrada;
cantaba como gemía,
sentía cuanto lloraba,
La flor del mundo ignorada,
que sólo el alma adivina,
de su tallo se alejaba
a ser la rosa divina.
VARIACIONES SOBRE EL MISMO TEMA DE
LA ROSA
En la rosaleda trina
la color pausada y leve;
rosa que nos ilumina
con su mirada tan breve.
En el ocaso la rosa
sueña soñando su herida;
desmayada, dolorosa,
fugaz, lejana, dolida.
¡Ay, la rosa, rosa, rosa,
llama que nos es querida,
principio de eterna cosa,
mudanza de nuestra vida!
Es la rosa de la herida
quebranto del ser querido
que no olvidará la vida
en jardines de olvido.
(de
La rosa escrita
)
(Sin formas la conocéis:
es la yedra obstinada,
la reja y el amor
apenas lágrimas de otro tiempo)