LIBROS & ARTES
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Pero no es fácil em-
butirla dentro de fechas fi-
jas. Pedro Henríquez Ureña,
que usó el método genera-
cional en
Las corrientes litera-
rias en la América hispánica
(1949), se auxilió con refe-
rentes aún más sutiles e im-
palpables: escuelas, influen-
cias, corrientes, epígonos,
tendencias. En el Perú tam-
bién se la ha llamado, en
modo alternativo, ‘genera-
ción del 45’ y Gutiérrez pro-
puso una subdivisión en ‘pro-
mociones’, en 3 lustros que
incluyen escritores nacidos
entre 1920-35.
Aunque los años-límite
pueden correrse un poco sin
el menor estropicio, la fór-
mula suele incluir escritores
que, venidos al mundo más
o menos entre 1925-35, em-
pezaron a producir en la dé-
cada 1950-60. Como mues-
tra del ovillo, si entresaca-
mos tan sólo autores naci-
dos en el período 1927-30
hay que mentar por lo me-
nos a los argentinos David
Viñas, Adolfo Prieto,
Adelaida Gigli, Andrés Ri-
vera, Rodolfo Walsh, Darío
Canton, Noe Jirik, los chi-
lenos Alberto Rubio, Enri-
que Lihn, el colombiano
Gabriel García Márquez, el
costarricense Mora Salas, los
cubanos Luis Marré, Ro-
berto Fernández Retamar,
Pablo Fernández, Fayad
Jamis, los ecuatorianos Ali-
cia Yáñez, Alfonso Valverde,
los españoles José Agustín
Goytisolo, Juan Benet, Ra-
fael Sánchez Ferlosio, Car-
los Barral, Jaume Ferrán,
Jaime Gil de Biedma, el
hondureño Roberto Sosa,
los mexicanos Carlos Fuen-
tes, Tomás Segovia, Eduar-
do Lizalde, Héctor Azar, los
nicaragüenses Raúl Elvis,
Fernando Soler, Eduardo
Zepeda, Mario Cajina, los
paraguayos Elvio Romero,
Elsa Wiezell, José Luis
Appleyard, el venezolano
Salvador Garmendia ... Y,
last but not least
, los perua-
nos Wáshington Delgado
Tresierra, Felipe Buendía,
Carlos Germán Belli, Fran-
cisco Bendezú Prieto, Car-
los Eduardo Zavaleta Rive-
ra, José Bonilla Amado,
Leopoldo Chariarse, Juan
Gonzalo Rose Gros, Pablo
Macera Dall’Orso, Julio Ra-
món Ribeyro, Manuel
Scorza, Alberto Escobar
Sambrano, Pablo Guevara,
Abelardo Oquendo, Luis Al-
berto Ratto, Lola Thorne ...
LETRAS PERUANAS
Y
JUEVES
Una generación literaria
suele tomar impulso para el
salto en un órgano de expre-
sión más o menos de arre-
metida y más o menos inde-
pendiente, un vehículo que
abra sitio y dé voz y difu-
sión a noveles que aún no han
ganado nombre. Por el pa-
pel que jugaron son parien-
tes la revista argentina
Con-
tornos
(1953) de Ismael Vi-
ñas, la colombiana
Piedra y
cielo
, la ibérica
Espadaña
(1944-51), la ecuatoriana
Madrugada
de Díaz Icaza o
el padrinazgo de la Casa de
las Américas en Cuba.
En la Lima de los 50
Luis Jaime Cisneros, espíritu
amplio y generoso, acogía en
Mar del Sur
algunos textos
primiciales de escritores jó-
venes. Y
Letras peruanas
(1951-53), con el aliento cor-
dial de Jorge Puccinelli y jun-
to a contribuciones de Ciro
Alegría, Arguedas o Paco
Miró Quesada dio cabida a
voces nuevas: W. Delgado,
Zavaleta, Bendezú, Chariar-
se, Luis Alberto Ratto, Víctor
Li Carrillo, Manuel Baque-
rizo, Tulio Carrasco, Raúl
Deustua. Como en carrera
de postas, en 1953 tomó el
relevo una revista diminuta
y heroica,
Jueves
, la tira ple-
gadiza de Manuel Jesús
Orbegoso, Edgardo Pérez
Luna, W. Delgado, Carlos
Castillo Ríos, Abelardo
Oquendo, Vargas Vicuña,
Hugo Bravo, Oswaldo
Reynoso, Mario Castro Are-
nas, que también acogió poe-
mas y cuentos de Romualdo,
Ratto, Pablo Guevara, Raúl
Galdo Pagaza, Lola Thorne,
Aníbal Portocarrero, Eduar-
do Quiroz, Efraín Miranda,
Armando Robles Godoy,
Jorge Bacacorzo ... ¡En dos
revistas limeñas, un tropel de
autores de la generación lite-
raria de que hablamos!
UN MUNDO COMPAR-
TIDO: LA POSGUERRA
¿Qué compartió aquel
grupo tan heterogéneo de
escritores en cierne?
El término de la segun-
da guerra en 1945, más que
el fin de una época marca el
inicio de una nueva.
Sub specie
eternitatis
no hay soluciones
de continuidad en la historia
del hombre, que es incesan-
te flujo e interacción entre
cambio y permanencia. Mas
en la posguerra, como tras
una ruptura geológica, se ini-
cia la mundialización de la
historia (que poco tiene que
ver con una hija espuria, esa
ubicua ‘globalización’ que
anhela socapar con vocablos
nuevos las viejas dominacio-
nes). Desde mediados del
XX, con el avance científico
y la creciente marea tecnoló-
gica en un
tempo
cada vez más
acelerado, actúan factores
que van cambiando el ros-
tro del planeta. Explosión
demográfica, concentración
de poder económico y mili-
tar, antibióticos, industrias del
plástico, percepción del abis-
mo entre países ricos y po-
bres, exploración del átomo
y del espacio, cibernética,
trasnacionales, control de
mercados y circuitos cautivos
de difusión irán formando
una caja de resonancia
planetaria. Nadie queda al
margen del acontecer mun-
dial. La informática, que anu-
la distancias, fijará coetanei-
dades insólitas y ahormará
conductas colectivas hasta lí-
mites nunca imaginados.
En particular la década
1950-60 vive, como a
sacudones, la primera fase de
esos cambios críticos. Los
grupos de decisión económi-
ca y política buscan estabili-
dad en organismos multina-
cionales
ad hoc
que se bauti-
zan con siglas exóticas como
ONU, FMI, NATO, FAO,
CEE, COMECON, BIR y
otras que casi nos ponen a
todos a hablar en mayúscu-
las. En esos años de con-
frontación, en que los Esta-
dos Unidos prosiguen la cru-
zada fanática de Truman de
“contención del comunismo
a todo trance” y la Unión
Soviética pugna febril por
alcanzar los niveles económi-
cos del rival, las tensiones de
tan onerosa competencia
pudieran condensarse en un
clip televisivo de ideas-fuer-
za y figuras que se traslapan
y mudan sin tregua.
Si la política, con su mal
hábito, asume su rol de
pri-
ma donna
, en ese fantástico
clip desfilarían en tropel agi-
tadas imágenes, una tras otra
o simultáneas: triunfa en Chi-
na la revolución de Mao, se
independiza la India, guerra
fría y McCarthy, pacto
noratlántico, guerra de Corea,
Mandela, resistencia en
Sudáfrica, juicio de los
Rosenberg, Rusia ya tiene
bomba atómica, indepen-
dencia de Libia, Mossadegh
nacionaliza en Irán el petró-
leo, lo derriba la CIA, rebe-
lión de los mau mau de
Kenya, revolución y reforma
agraria en Bolivia, muerte de
Stalin, Nasser y la unión ára-
be, Ho Chi Minh humilla a
Francia en Dien Bien Pu,
Estados Unidos inventa un
Vietnam del Sur, guerra de
liberación en Argelia, Arbenz
afecta en Guatemala los in-
tereses de
United Fruit
y lo
derrocan los polizontes de
siempre, pacto de Varsovia,
asamblea tercermundista en
Bandung, Krushev y deses-
talinización, Rusia aplasta la
rebelión húngara,
sputnik
y
carrera espacial, crisis del co-
lonialismo en África, inde-
pendencia de Túnez, Gana,
“ Los provincianos toman a Lima por la garganta y la infatuada
metrópoli, aunque los coopta y deglute, ya no volverá nunca a ser la
misma. Y, como la parte refleja al todo, la briosa generación de los
intelectuales del 50 incluye una cuota de provincianos harto más
nutrida que en cualquier grupo anterior.”
ArchivoHermanSchuarz
Wáshington Delgado, 1993.