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XI
ENCUADERNACIONES
Al ocuparme del salón AMÉRICA he apuntado que de los cien
soles de subvención mensual con que el H. Concejo atiende á la
Biblioteca, casi el total se ha empleado en la encuadernación de li–
bros americanos y colecciones de periódicos. Las obras que, por
correo, llegan constantemente de las repúblicas amigas, vienen siem–
pre á la rústica; y en tal estado no es conveniente m económico que
pasen ámanos de
lo~
lectores. Obvia es la razón que me asiste para
no proporcionar al público sino libros empastados.
A¡:iesar de que se han empleado, el alumbre, el petroleo, la nap–
talina, el mírbano y otros anticépticos, la polilla continuaba su obra
de destrucción en los libros con forro de pergamino más ó menos
centenario. La única salvación para esos volúmenes estaba en el
cambio de la encuadernación, y en solo el rnlón EUROPA excedían
de
10,000
los tomos en peligro.
Visitando un día la Biblioteca los ex-ministros de Justicia Dr.
D. Manuel Tovar y de Hacienda D. Pedro Correa
y
Santiago, re–
solvieron que se emplease la suma de mil doscientos soles en la en–
cuadernación de los
2,000
volúmenes, en folio, que yo conceptuara
ma~
importantes. Con tan necesaria como oportuna disposir::ión que–
dó casi concluida la encuadernación de la estantería baja del salón
EUROPA.
Por lo mismo que la Biblioteca de Lima nada tiene que envidiar
á ninguna de las de la América latina, exceptuando las del Janeyro
y México, en riqueza de incunables, elzevires, delphínicos y libros
cur)osos por la rareza de ellos ó la nitidez y lujo de las ediciones,
estimo que el primordial deber de un bibliotecario es cuidar de la
perfecta consenación de esas joyas bibliográficas. Ante todo, con–
servar lo que poseemos. Tal ha sido mi perseverante empeño, y á
él responde mi tenacidad en buscar recursos para atender
á
las en–
cuadernaciones del salón EUROPA.
XII
LEGADO
SEVILLA
Debidamente autorizado por el Ministerio, pues la Caja Fiscal
no podía acudirá satisfacer partida no votada en el presupuesto
general, gestioné ante los señores doctores don Antonio Arenas,
don Juan E. Guzmán, don Modesto y don Enrique Basadre y coronel
don Augusto Barrenechea, que componen la Junta testamentaria
del finado señor Sevilla, el pago del legado de 6,ooo soles con que
este filantrópico caballero quiso favorecerá la Biblioteca. Quiero
y
debo consignar, haciendo justicia _á la ilustración y patriotismo de