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Como aparece en Ja relación ai1exa á esta Memoria, la Galeria se
ha aumentado con algúnos cuadros
y
retratos de personajes perua–
nos. Diariamente se halla á disposición de los viajeros que la visi–
tan
y
de jóvenes consagrados al arte pictórico que, bajo la vigilan–
cia del conservador de la Galeria, estudian y cópian las inspiradas
creaciones de Merino, Laso y demás maestros del Arte nacional.
Aunque el universalmente celebrado cuadro "Funerales de Ata–
hualpa" existe en salón diverso de los que forman la Galeria, un dis–
tinguido pintor francés, el señor Williams Faget, solicitó del Supre–
mo Gobierno permiso para sacar una cópia; y, acorqado este, se
me previno que diese al artista todo género de facilidades para que
llevase á buen término su obra. Por esta razon se trasladó, durante
cuarenta días, dicho lienzo á local espacioso, donde el artista traba–
jara con libertad
y
ajeno á las interrupciones de los curiosos.
Segun opinión de los inteligentes, que no mia, prqfano como soy
en el arte de Apeles, nuestra Galeria de pinturas es muy valiosa, y
haría bien el -Gobierno en trasladarla á local apropiado.
Sé, señor Ministro, que no debo aspirar á que mis contempora–
neos hagan cabal justicia siquiem á la empeñosa laboriosidad con
que, acaso, he alcanzado á suplir lo que en competencia me falte. Pe–
ro esta triste convicción mia vigoriza más y más en mi espíritu la
conciencia de que, en la formación de la Biblioteca Nacional, he pe–
leado la buena batalla, poniendo al servic;io de la patria y de la ci- '
vilización todo el pequeño contingente de actividad física, de
energía moral y de fuerza intelectual con que á Dios plugo dotarme.
Sin presuntuosa jactancia, creo que otro habría tal vez hecho tanto;
pero no más de lo que he tenido la singular fortuna de llevar á tér–
mino. No encontré, en 1883, un libro en los estantes. Hoy existe una
Biblioteca.
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Lima, Julio
20
de
J
888.
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