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los cuatro primeros señores albaceas, que en ellos encontré siempre
buena voluntad en favor de mis gestiones.
En
7
de Marzo de este afio se me dió una letra sobre Lóndres
por 250 libras esterlinas, la que vendida en plaza produjo
r,6zr
so–
les, de cuya inversión pasé r.uenta documentada al Ministerio, obte–
niendo aprobatorio decreto supremo.
En
12
de Junio recib¡ otra letra por 400
~libras
esterlinas, la que
negociada con la casa Graham Rowe produjo 2,733 soles. Con fe–
cha 6 de Julio he pasado al Ministerio la cuenta documentada de la
inversión que he dado á esta suma, y espero alcanzar también la
aprobación del Gobierno.
Con 4,354 soles, producto líquido de ambas letras, no solo se ha
te1 minado la encuadernación del salón EUROPA, sino que se ha aten–
dido
á
otras premiosas necesidades de la Biblioteca. De ellas me
ocuparé en diverso parágrafo.
Siendo aún la Biblioteca acreedora á la testamentaría Sevilla por
la suma de 207 libras esterlinas, creí no extralimitarme al hacer va–
rios gastos que representan muy poco mas de 450 soles sobre el tn–
tal de 4,354.
NG
por tan pequeño exceso debía dejar sin término la
obra. Cuatro de los señores albaceas contestaron
á
mi gestión que
solo les era posible atenderá esé déficit en la parte que restaba pa–
ra co;-¡;pletar el ochenta por ciento del legado, y firmada por ellos
recibí una letra por 35 libras esterlinas, que po he podido hacer
efectiva por haberse obstinado en no suscribirla el otro miembro de
la
Junta. Aun en el caso de allanarse el señor
Barrenech~a
á firmar
la letra, quedarían 239 soles por pagará los acreedores del estable–
cimiento. Toca al Supremo Gobierno decretar esa chancelación.
XIII
EDIFICIO Y MOBILIARIO
Las paredes exteriores del edificio ofrecían indecentísimo aspec–
to,
y
las de patios
y
corredores reclamaban también limpieza. Que–
da pintada al óleo la fachada, y al temple el resto del local.
El mínimum de concurrentes al salón de lectura es de cuarenta,
y cuando el concurso ha sido mayor el público se ha visto mal aten–
dido. Se han aumentado ocho mesas y dos docenas de sillas.
El salonc1to en que funciona la Dirección, y en el que con fre–
cuencia hay que recibir y atenderá los viageros
y
personas d:stin–
guidas que visitan el establecimiento, reclamaba un mobiliario apro–
piado y decente. Tanto como mi decoro personal de Jefe de oficina
estaba interesada la dignidad nacional en esta mejora que, al fin, he
logrado realizar.
Omito ocuparme de otras pequeñas reformas y adquisiciones
hechas con la cantidad que del legado Sevilla quedó sobrante, des- .
pués de cubierto el gasto por encuadernaciones.