poco más de
IO,ooo
volúmene5, en gran parte de· obras truncas 6
duplicadas. y aún algunas en estado de exclusión por los estragos
de la polilla. Estos
10,000
voh'.. menes, casi en su totalidad, son de los
recobrados como pertenecientes á Ja antigua Biblioteca.
De lo existente, estimo en
I
1
500
los volúmenes á los que conven-
dría nueva encuadernación.
·
En
1886
la cifra de tomos en el depósito alcanzaba
á
16,000;
pero,
cumpliendo órdenes supremas, los puse á disposición de diversos
señores. quienes escojieron
6,ooo
volúmenes que se han distribuido
entre las Bibliotecas de Arequipa, Ayacucho, Cuzco Cajamarca y
Huaráz. También se han donado, por órden suprema, libros de esta
sección á diversas instituciones
y
sociedades de Lima y Callao.
IV
ARCHIVO NACIONAL
Como lo expuse en la Memoria inaugural, Ja autondad chilena
trasladó los legajos que forman el Archivo Nacional, del local pro–
pio de éste, á uno de los salones de la Biblioteca. La misma autori–
dad entregó el ala derecha del edificio al escribano del hoy supre–
so Tribunal del Consulado de Comercio, persona que se adueñó de
todo; y con pretestos, masó menos especiosos, se resistió durante
tres años á hacerme la entrega de esos salones, en uno de los cuales
· se encuentra la lujosa estantería de cedro, espresarnente construida
para colocar en.sus anaqueles los códices del Archivo. Al fin, un su–
premo decreto vino á poner término á la que fué, para mí, harto
enojosa cuestión de deshaucio.
.
Entrado en posesión del local propio del Archivo,. la carencia de
recursos para·hacer práctica la trasla'J-'.6n de-rñoró ésta -basta
~bril
del presente año en que,
dé
los primeros recursos obtenidos pór
cuenta del legado -Sevilla, pude destinar una pequeña suma para
limpieza de la estanteda y pago de peones, encargados, bajo la vigi–
lancia de uno de los conservadores, de hacer la traslación.
Durante los cuatro años últimos nos ocuparnos cnnstantemt!nte
en registrar los legajos del Archivo, separando todo documento que,
á nuestro juicio, ofreciera algún interés. De esos documéntos for–
mamos treinta volúmenes que, empastados, figuran en el catálogo
de manuscritos.
Así conseguirnos reunir, en dos volúmenes, documentos, en mi
concepto decisivos, sobre nuestra cuestión de límites con el Ecua–
dor. Estoy seguro de que ellos será_n tomados en séria
consider~ción por el .Gobierno de España, al ejercer si.is funciones de árbitro.
Esos dos importantes volúmenes fueron en viados por mí, el
I
5
de
Junio
Íl
!timo, al Ministerio de Relaciones Exteriores.
El Archivo Nacional queda reducido á un depósito de legajos
numerados
y á
un hacinamiento ordenado de papeles sin el menor
interés histórico, social ó literario, desde que lo poco de útil que
contenía se encuentra anexado á la sección de manuscritos de la
Biblioteca. Cuentas
y
documentos relativos
á
los reales Estancos,