-
82 -
los procedimientos de esta industria, son tan insigni–
ficantes los resultados positivos que se obtienen, que si
no se emprende esta flspeculacion
y
no se lleva
á
cabo
por asociacion, estamos convencidos que deben pasar
muchos años todavía para que lleguen
á
ponerse en el
estado que le corresponde á ambos cultivos.
A pesar <le que ha sído acojida favorablemente la idea
de la asociacion, se han frustrado, es sensible decirlo,
los varios proyectos que hicimos <lesde 1857
á
1869, para
llevarla
á
cabo. Es verdad que no es fácíldescubrir la
formé-. mas propia y conveniente de adoptarse en las
asociaciones que don provecho en la agricultura. Esto
es tanto mas sensible cuanto que en Chile el espíritu de
asociacion va penetrando gradualmente en las costum–
bres. A es .o se deben principalmente los adelantos que
no pueden desconocerse en aquella República. Tal vez
no han podido madurarse bien los fines de una industria
desconocida, y por esto creemos que han si<lo adelan–
tado
é
inoportunos nuestros proyectos. Pero tenemos
datos para con vencernos <le que dentro del presente
añs estará formada la asociacion del modo que hemos
propuesto.
Lo mismo ha sucedido en lo concerniente al Banco
Agrícola
y
de Consignacion. Tan luego como estuvo
corriente el ferro-carril del sur, hace doce años, inicia–
mos los proyectos
é
hicimos tambien el plano
y
el pre–
supuesto para establecer los depósitos frente
á
la esta–
cion. Hace solo dos años que se ha establecido no solo
una sino dos empresas semejantes. Antes de salir <le
Chile, hemos sabido que el intelijente estadísta, señor
<lon Miguel Curuchaga, profesor de Economía Política
en el Instituto, que ha establecido el Banco Agrícola,