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Es
una inmensa roca que domina todo el puerto
y
que parece ser el lugar mas
á
prop6sito para una
fortaleza
y
una aduana. Diríase que es el centi–
nela de Mollendo.
Por fin estamos frente
á
una lujo a locornot.i' a:
antes de subir al convoy que debe recorrer la lí–
nea férrea, procuremos dar un a sucinta noticia
acerca del contrato ele construccion.
Por resolueion de
D
de Octubre de
186
el Con–
greso autoriz6 árnpliamente al Ejecutivo para que
celebrase la con
trn
ta en los términos
y
bnj o
lR
condiciones mas conveniente.
á
los intere
.
fis–
celes. Solo en Febrero de
1
)61,
s iendo Pre ' idcn–
te de la Repúbli ca el General Castilla,
y
Director
del Ramo de Obras PClblicas el señor D. "i\fariano
F. PRz-Soldnn , se nombró un a comision comr ues–
ta de los ingenieros D. Federico Blume y D.
~la
nuel M. Echegaray y <le un ayudante
pnrn,
<Ltrn,
estudiando detenidamente el amino, informa se al
Gobierno sobre la clireccion mas conveniente para
un
ferro-carril , debiéndose
le\ <tnta1·
lo.- planos
respectivos. Mas tarde, er1
18G8:
el Genernl Can–
seco, ántes de abandonar sl mand.o su1 remo,
re–
solvió dar cumplimiento
á
la resolucion JegislatiYa
de Octubre de
1860,
lleYantlo
á
cabo
mia,
oura
cuya necesidad era cada dia mayor. Entónces se
pensó de un modo sério en el con tntto <le con. -
truccion y se pidieron propuestas a l público. Dcs–
pues de examinar estas, se aceptó, con algunas
modificaciones, la
Ll el ,
onor D. Enrique Meiggs,