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cion se ha improvisado exclusivamente con ele–
mentos del ferro-carril de Arequipa,
y
por ahora
su desarrollo se halla íntirnamente ligado con los
trabajos de este.
Las casas son de madera
y
zinc, siendo las mas
notables, la del Jefe de los
trabajos de la línea,
que como buen americano, amigo de sus comodi–
dades, se hizo construir un palacio
en petit
y
en el
que porsupuesto no falta un jardincito donde cre
0
cen algunos plátanos, bignonias , geranios
y
mns–
tuerzos. Todos los esfuerzos del buen
yankee
para
cultivar otras plantas han siclo infructuosos, por–
que el
tei~reno
contiene mucho salitre; las rosas
mueren
y
los pláütnos tienen una organizacion dé–
bil
y
enfermiza: citaremos el edificio que sirve de
alojamiento
á
los empleados de l::t empresa, lugar
cómodo
y
decente_,
y
en fin, · exóeptuando
tres
6
cuatro edificios mas de comerciantes
y
carrile–
ros
(1) , el resto de la poblacion no vale gran cosa
y
tiene un carácter enteramente provisional.
Mollendo
tuvo una época, no
muy
l ejana, de
prosperida<l para el comer cio , cun,ndo los tra.bajos
de la línea férrea es taban
{t
corta distancia del
puerto: so ganaba entónces, segun
los informes
que hemos recibido , un treint::i
y
á
veces un cua–
renta por ciento en l::t venta de mercaderías. Como
los trabajos se hallan actualmente
á
ochenta
y
mas millas hácia el interior, el comercio se encuen–
tra paralizado,
y
la poblacion de 2 ,000 almas que
( 1 )
Carrileroj
término que
se
emplea en el Perú
y
Uhile
para designar
á
los
trabaj
a<lore8 en
fo rr0-caxriles,
y
á
todo lo
que tiene estr ech a relacion con ellrn:;.