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ALMA LATINA

Pero figúr ense ahora, lectotas ama–

bles, que la catn paua de San P edro,

]a qne ll amó durante much os años á

las lind as po lli tas del un iforme az ul

y de las bandas ver des, ha dejado de

existir, es decir que ha d ejado de to–

car. Su último toqne fué horrorosa–

mente triste, como h echo d e impl o–

ración y de sollozo. Todo e l San P e–

dro delicado y senR ibl e ha, pa sc1,do de–

l ante de la antig na co nfi deut e y am i–

ga, y el pobrec ito bro nce ha si do llo–

rad o con el mismo do lor co 11 qne !l o·

r arían la r otura de la mnñ. eca prefe–

rida o la muerte del pe rrit o

e n-

greído. . . . . . . .

.

Ah6ra nna nueva campana platea–

da

y

r eluciente h a sucedid o

á

la de

a ntañ o. Sn toque

11 0

snena bien a l

oído de l as co legialas. ¡Como ex tra-

1ian

á

la antigna campanita que

lla–

maba á misa deli ciosamente, qne en–

t onaba himnos de amo r en

la

mai:ia–

nita llublada y ll ena de aro rn aR de ]a

Primera Comunión y tenia

un:

tri ste

ac_ento de desp edida e l día d e los pre–

m10s.

Vendrán nuevas alumnas y

ama–

r án

á

la campana plateada y nueva.

Es la eterna r enovación de las cosas .

Pero las antiguas alumnas, las alum–

n as de hoy sentirán que se h a ido al–

go muy dulce y muy bueno

y

á

la

vez muy t riste, q ue no es posible

reemplaza r.

¡Pob re y triste campa ner a !

T1N-TIN.

DEBELEN

H emos r ecibiJ o la graciosa cat ta

que en seguida pnbl icamos .

.A,l aco–

ger la modesta prntesta, lo hacemos

co n la condic ión d e que Belén l\Iaria

11 0~

s iga fav o recie11cl o co n sn co rres–

pon clencia,

Las madres ele B elé n de salud es -

tan muy bien, pero lo que es de hu–

mor están muy ma l, Señor. Parecen

unos hulano s co n faldas y sin keppí.

S-i

llegara esto

á

s us manos; ¡ay de

' 1

1111 ••• .-

, • , ,

L os p e llizcos andan bobos, las in–

lernas están negras; ya no son mon–

j as, son lobos, son basiliscos, s,on sne–

grcts.

¿Y q ui er e saber la cansa? Un rato

espérese Ud ., déjeme hacer una pau–

~ia

qu e viene ]a mad re P.

E s el caso, señ or, que las internas

q

ne

son nna parvada de

pa lomitas

tierna~, habían adquirid o la costum–

bre de mirar del crepú:sculo la lum–

bre , desde un balcón que d á al giron

el e. la Unión

y

domingos y fiestas de ·

g uarda r sallan un ,, ratito á r espirar

e l airn emba lsamado de

la tarde.

P ero nn indigll o d e lator cob ard e, dió

cuen ta d e este h eeho

á

no se quié .. y

cayó de repellte cna l Obús la madre

'ribnrús , la madre s nperiora deBelén.

Y esa bendi ta monja no entendía,

nada el e p oesía y creyó que el salir

obedt.cia

á

un acto de vulgar coque–

terí a . Les echó en cara su conducta

y las pintó de negro

y

de morado.

R euni éro11se las mad res en cenáculo

·y

organiza-ron un bárbaro espec–

táculo.

A:l son d e la

campana: hi cieron

pregonar la ot ra mañana un bando

draconiano , cruel , injusto, inlrnmano.

«P or

autor idad de la comunidad se

ord

i.ma

como p ena para las soñado–

ras

con

templadora s de la caída del

so l:

«1

9

Se l es quitará e l grado delan–

t·e de torio el in ternado y las co nde–

coracion es, bandas

y

cordo nes.

«2

9

Rigurosa in comuni cac ión mien–

t r as dure la conflagración .

«3

9

S e les priva d e salid a durante

toda la vida y

«4

9 -

Yo me aparto de r esp onsabi–

lidad - Ayuno y abstinencia rn.ien-