- 56 -
un grupo de individuos capitaneados por Narciso N úñez
i
Francisco de Paula Carretero, se apoderó de la fortaleza Liber–
tad, sorprendiendo la guardia de milicias i de algunos artilleros
de línea que la custodiaba; prendieron al prefecto del departa–
mento i al gobernador de dicha fortaleza i los encerraron en
ella. A la mañana siguiente los amotinados llamaron al pueblo
a la plaza pública con el objeto de levantar una acta revolucio–
naria; pero habiéndose resistido algunos de los concurrentes
i
no
teniendo los mas suficiente confianza en los fautores del motín,
acabaron por
retirar~e,
yéndose muchos de ellos a buscar segu–
ridad en los cerrns inmediatos a la ciudad. Corrieron siete
dias durante los cuales los amotinados, aunque dueños de la
situacion, no consiguieron poner de su parte el número de veci–
nos bastante para dar prestijio i popularidad a su pronuncia–
miento. Entretanto los milicianos del pueblo, aunque privados
casi todos de sus armas, i muchos otros vecinos concertaban
los medios de asaltar a su vez la fortaleza,
i
dentro de ella mis–
ma se entablaban secretos tratos entre el prefecto· prisionero
i algunos de los mismos amotinados, para verificar una reaccion.
Al
amanecer del dia
2
de Octubre, en efecto, un golpe de pue–
blo, en que se hacia notar muchedumbre de mujeres, se presen–
taba en actitud hostil en los alrededores del reducto, i pene–
trando al fin en él, rompían lag puertas de los almacenes, cuyas
llaves guardaba Núñez, i tomaban las armas i municiones que
dentro había, a lo cual se siguió la operacion de amarrar a los
cabecillas del motin.
Carretero, que intentó resistir, fué muerto. NÚfíez, que re;:,ÍS–
tiendo igualmente, había dado muerte a un soldado de la Guar·
dia Nacional,
fué
arrestado juntamente con otros dos cabeci–
llas llamados Francisco Pedregal i icolas Vizcarra. El mismo
dia
2
quedó restablecida la situacion anterior al pronuncia–
miento. NÚfíez, Pedregal i Vizcarra sufrieron la última pena.
(23)
(23)
En las escasas noticia que acerca de este movimiento publicaron
los periódicos del Protector,
(El Eco del Protectorado núm. 91
i
El Eco
del Norte núms. 35
i
40)
no se di vi a cual
fué
el yerdadero propósito
de los motini tas,
i
solo . e deja entender que e trataba de sustraer el de·
partamento de
Oruro
a la 0bediencia del Gobierno establecido en Bolivia.