-
55 -
vimiento de oposicion de los demas pueblos de Bolivia
i
aten–
der a las necesidades de la guerra con la Arjentina i Chile.
Santa Cruz disimuló su despecho en lo tocante al fracaso
del pacto <le Tacna; pero profundamente resentido con el pue–
blo de Chuquisaca, donde se habia presentado mas resaltante
i mas enérjica la oposicion al pacto, pensó en vengarse de la
capital de la República i de cuantos habían osado poner estor–
bos a sus planes protectorales.
11
Quiero agregar dos palabras a
mi carta adjunta (escribia desde La Paz a su confidente Torri–
co el 9 de Octubre de
I
837) para que le sirvan a usted de
regla i pueda tenerme los apuntes necesario . La primera es
que creo de absoluta nece idad trasladar la capital de la Repú–
blica a Cochabamba, para anular un pueblo i unos hombres
siempre díscolos
i
que no pueden ya ser buenos despues del
e cándalo que han dado. E to puede hacerlo hoi el Gobierno
j
yo quiero no malograr tan buena oca ion de hacer sentir de
todos modos la política que creo indispensable i que estoi
decidido a seguir para salvar la república del precipicio en que
la han colocado. La segunda, relevar de sus destinos a todos
los hombres que se han comrortado mal, promoviendo la rebe–
lion. Hai facultad para hacerlo, hai utilidad i necesidad de
quitar la influencia a hombres peligro os i de darla a los ami–
gos, i de señalarles las línea de conducta que pueden seguir
los hombres para que elijan conforme a sus interese , que siem–
pre influyen en las opinione . Es un error pensar ganar mal–
vados, i fuera una simpleza esperar que los ingratos que tanto
me han debido, fueran mejores por una condescendencia que
nunca calificarán mejor que los servicios que anteriormente les
hice. En una palabra, debemos marchar de frente para sofocar
este jérmen revolucionario; i lo creo muí fácil desde que el Go–
bierno, que cuenta con las ma-,as i con la fuerza, se proponga
hacerlorr.
Miéntras la cuestion relativa al pacto de Tacna traia preocu–
pado al Congreso Nacional en Chuquisaca i no poco alarmados
]os ánimos en Bolivia, verificóse en el pueblo de Oruro un pro–
nunciamiento revolucionario que en los primeros momentos, al
méno~,
pareció de grave trascendencia i contri tó el espíritu ya
harto agriado del Protectol'. En la noche del
2
5
de Setiembre