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3.3 -
dispuesto a recibir una kgacion chilena con el mismo fin, i sea
que tratemcs allá o aquí, lo harémos con la cautela i precaucio–
nes que son del caso' ántes de la cesacion de las hostilida–
des ... ,, (4)
El tono humilde i compunjido que domina en la conclusion
de esta nota, la5 contradicciones que ella contiene, el desórden
de sus ideas, los deseos que expresa, todo está demo. trando la
extraña perturbacion de ánimo que afectaba al Protector i a sus
ministros, aun despues de los acontecimientos que parecian
haber colocado al Gobierno de Chile en
]a
imposibilidad de
llevar adelante la guerra contra la Confederacion.
Lo particular es que miéntras con tanto ahinco i encareci–
miento proponía la paz a Chile el jeneral Santa Cruz, su perió–
dico oficial se desataba en insultos e improperios contra
el
jenE>ral Prieto, que, a pesar de la$ últimas vici"itudes, continua–
ba desempeñando la presidencia de Chile.
El Eco del Protec–
torado,
en efecto, con motivo de un artículo en que
E{ Arau–
cano
comentó los sucesos del motin de Quillota, atribuyéndolo
a las intrigas i al oro del Gobierno protectoral, echó en cara al
jeneral Prieto la filiacion revolucionaria de su Gobierno, i le
apellidó de oscuro, traidor i venal
(5). I
aunque en este proce–
dimif'nto del periódico oficial del Protector no había mas que
un acto de retorsion, Ja ·verdad es que no era oportuna, ni
convenia semejante conducta
a
un Gobierno que tanto anhe–
laba la paz
i
con tanta imtancia la pedia al mismo jeneral
Prieto.
La nota de Olañeta ni siquiera fué contestada. No creemos
que influyese en esta omision i ménos en el ningun resultado
de la tentativa de conciliacion '.del Protector, el resentimiento
(4)
El Eco del Protectorado
del
2
de Agosto de 183 7, número 82.
(S) Véase el número
80
de
26
cte Julio de i837.
iSe han vendido los
YC1
1
0-
luci(lnan'os.f!
(di -;c
El Eco
de e ta fecha). Si se han "Vendido no han hecho
mas que copiar al
pié
de la letra el tipo que les presenta el mismo jeneral
Prieto, que tambien upo vender e i Yender la
arma que
e le habían
confiado, cuando hubo quien le diese el precio en que él mismo e ha ava–
luado.... El jeneral Prieto no tiene derecho de quejarsP- de las re rol uciones
militares que han
est~llado
contra él i que lo derrocanin indudablemente
de
su .
illa)' ....
C. DEL E.
CHILF.NO
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