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Paula Santander, Presidente de la Nueva Granada, babia contes–

tado tambien en términos bastante amigables

i

satisfactorios el

referido aut6grafo circular de Santa Cruz; no sin insinuar, em–

pero, el deber en que

e~tan

los gobernantes

i

los hornbres de

alto influjo político, de respetar i consolidar el réjimen de liber–

tad que desde:: su independencia proclamaron los pueblos ame–

ricanos.

11A los hombres notables de esos paises, que por antiguos e

importantes servicios han adquirido popularidad e influencia,

(decia Santander) i mas que a nadie, a V.

E.,

que se halla inves–

tido de la suma del poder público, i que debe conocer a fon–

do los deseos i las verdaderas exijencias nacionales, está reser–

vada la parte principal i mas gloriosa en esta obra benéfica de

rejeneracion poHtica i social para un gran pueblo, que de muchos

afíos atras se adhiri6 a los principios que constituyen el dogma

político de la América, i -:.creedor ya al reposo que le propor–

cionará un buen sistema de gobierno. V. E. hará imperecedero

su nombre, si consigue, como lo procurará sin duda, salvar para

siempre al Perú de la anarquía i del despotismo, cooperando a su

reorganizadon sobre bases liberales estables, dando un fuerte im–

pulso a la marcha de las instituciones

i

apoyándolas con su influ–

jo i con su esperiencia; i me prometo que no serán en este pun–

to ilusion las esperanzas justas de mis compatriotas i mias.11

(S)

El Presidente Santander, cuya opinion privada

i

personal

no era favorable a las empresas de Santa Cruz, (6)

crey6

tal–

vez, dada su situacion política de aquellos dias, hacer lo bas–

tante para su honra de caudillo republicano, con aludir

al dog–

ma politz'co de la América, es decir, al sistema democrático,

i con

insinuar como un deber primordial de los caudillos i gobernan–

tes el acatar i realizar este dogma.

Con los Estados U nidos de la América del Norte, con el Bra–

sil i, en jeneral, con las <lemas naciones americanas, si se escep–

tuan Chile

i

la República Arjentina, las relaciones del Gobierno

(5)

El Eco del Protectorado

de ro de Mayo de 1837, número 58.

(6)

El jeneral Santandd consignó esta opinion en carta particular que

dirijió a don Ventura LaYalle, Encargado de Negocios de Chile en el Ecua–

dor. (Correspondencia oficial de Lavalle).