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nuestra atencion se fija en los resultados forzosos de su caída
con respecto a nosotro .
La guerra es
ya
imposible:
ora se con–
serve en el mando el jeneral Prieto (lo que nos parece suma–
mente difícil) ora le suceda otra admini tracion, aquel plan ab–
surdo se ha desmoronado ya, con la muerte del único hombre
interesado en llevarlo adelante. Los Estados de la Confedera–
cion van a entrar,
pue~,
en el pleno goce de la paz que su Go–
bierno ha querido conservar con tan honorífica obstirracion, i que
les abre una carrera de prosperidade a que en vano querria po–
ner límites la imajinacion mas fecunda ...
11 Los hombres que debían conquistar al Perú, son esos mis–
mos que han huido vergonzosamente delante de los milicianos
de Valparaiso; son los mismos que aprisionaron i asesinaron al
que les puso las armas en la mano para someternos. Tal era la
.fidelidad
i
tal el
heroísmo
de nuestro presuntos conquistadores.
11En medio de la sen acion profunda que debe hacer en todo
los ánimos un suceso tan notable en sus circunstancias, como
en sus resultados precisos, fijemos nuestras miradas en la Pro–
videncia, que, por medio de tantos i tan estraordinarios sucesos,
i dando al mi. mo tiempo a los pueblos tantas i tan saludables
leccionc , ha ido preparando con tan paternal
i
celo o esmero
la fundacion i el afianzamiento de la vasta creacion política
que nos ha rejenerado, i que nos está ya en la actualidad pro–
porcionando tantos beneficios.11
Algunos dias des pues (
22
de Julio) el jefe de esta vasta crea–
cion poHtica, el Protector, aunque mejor informado de los suce–
sos de la revolucion de Quillota i de la actitud del Gobierno
chileno en lo tocante a la guerra contra la Confederacion, decia
en una proclama a los pueblos confederados:
11Lo · sucesos inesperados de Quillota han cortado de raiz el
princ1p10 de la guerra que el Gobierno de Chile se propuso
hacernos. Cualesquiera que sean las consecuencias que se des-
sur, en la lran icion de una época de turbulenda
i
anarquía, a otra de órden
i e tabilidad, i que e ta época a a señalarse por el e carmiento ruido o del
modelo vivo de todos lo crímenes político , cercano al precipici0, en que
ojalá se sumerjan tambien lo jérmene maléfico que tan profu amente ha
fecundado,))