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nuestra atencion se fija en los resultados forzosos de su caída

con respecto a nosotro .

La guerra es

ya

imposible:

ora se con–

serve en el mando el jeneral Prieto (lo que nos parece suma–

mente difícil) ora le suceda otra admini tracion, aquel plan ab–

surdo se ha desmoronado ya, con la muerte del único hombre

interesado en llevarlo adelante. Los Estados de la Confedera–

cion van a entrar,

pue~,

en el pleno goce de la paz que su Go–

bierno ha querido conservar con tan honorífica obstirracion, i que

les abre una carrera de prosperidade a que en vano querria po–

ner límites la imajinacion mas fecunda ...

11 Los hombres que debían conquistar al Perú, son esos mis–

mos que han huido vergonzosamente delante de los milicianos

de Valparaiso; son los mismos que aprisionaron i asesinaron al

que les puso las armas en la mano para someternos. Tal era la

.fidelidad

i

tal el

heroísmo

de nuestro presuntos conquistadores.

11En medio de la sen acion profunda que debe hacer en todo

los ánimos un suceso tan notable en sus circunstancias, como

en sus resultados precisos, fijemos nuestras miradas en la Pro–

videncia, que, por medio de tantos i tan estraordinarios sucesos,

i dando al mi. mo tiempo a los pueblos tantas i tan saludables

leccionc , ha ido preparando con tan paternal

i

celo o esmero

la fundacion i el afianzamiento de la vasta creacion política

que nos ha rejenerado, i que nos está ya en la actualidad pro–

porcionando tantos beneficios.11

Algunos dias des pues (

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de Julio) el jefe de esta vasta crea–

cion poHtica, el Protector, aunque mejor informado de los suce–

sos de la revolucion de Quillota i de la actitud del Gobierno

chileno en lo tocante a la guerra contra la Confederacion, decia

en una proclama a los pueblos confederados:

11Lo · sucesos inesperados de Quillota han cortado de raiz el

princ1p10 de la guerra que el Gobierno de Chile se propuso

hacernos. Cualesquiera que sean las consecuencias que se des-

sur, en la lran icion de una época de turbulenda

i

anarquía, a otra de órden

i e tabilidad, i que e ta época a a señalarse por el e carmiento ruido o del

modelo vivo de todos lo crímenes político , cercano al precipici0, en que

ojalá se sumerjan tambien lo jérmene maléfico que tan profu amente ha

fecundado,))