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arrollen en aquella República, puedo aseg;uraro

la proximidad

rle la paz, por cuya consccucion hemos hecho tantos e 'ÍUerzos.

La divina Providencia, que pr teje nue tra causa, ha deshecho

lo e ,fuerzos que la envidia hacia para continuar una guerra

de e 'Cándalo. El jeneral Prieto continúa, . in embargo, hablan–

¿

de guerra i de espedicion, resistiéndose a variar sus depra–

vado

intentos

i

las leccione d

u tutor. E ,e es el lenguaje de

la de ·e peracion; pero sin apoyo i sin direccion, tendrá luego

que ceder al voto público, a las fuerzas de la

circuntancias i a

la opinion jcncral. Tal vez le sea imposible encubrir ahora el

bastardo oríjcn de su auto ri ad,

i

contener mil derechos ofen–

dido

i la v z de los ilu tres chilenos abatidos en los sangrien–

tos campos de Lircai.

11

l'fo

exi tiendo

e~e

Gobierno envidioso de nuestra pros–

peridad, di uelto el pequeño cuerpo de tinado a perecer en

nue. tras co ta , i roto

lo., resorte

de la subordinacion en el

ejército, la guerra ha ll egado a ser una quimera irrealizable

como el objeto que c;e proponia ... "

I despue de e 'ta palabra , que por lo imprudentes i provo–

cativa eran de creer e dictadas por el mas ab oluto convenci–

miento acerca de la impotencia del Gobierno del jeneral Prieto

para efectuar la guerra declarada a

anta Cruz, i aun para

continuar ub istiendo en Chile, la proclama, no obstante, aña–

dia:

11!

r difícil que llegue a

er la -;ituacion precaria del Go–

bierno de Chile, yo no de mentiré lo principio pacífico· que

proclamé al encargarme de vuestros de tino . porque ellos son

el alma de mi política, i porque su mantenimiento es necesario

a vuc tra dignidad i a vue tra prosperidad, que son el objeto

con tan te de mi.; de velo .

i lo agravios que hemos recibido,

me exitarán a abusar de vuestra superioridad, ni a faltar a las

prome a de paz que he hcch constantemente, porque nadie,

ni nada debe inAu:r en nuestros deberes para con nosotros mis–

mos i p rua el mundo que nos observa. Los enemigos hallarán

ahora la , mi . mas

facilidac.ie

de avenimiento que les ofrecí el

2

r de

gosto del año pasado. Exijiremos ahora las mismas

satis( cciones que ent6nces, i daremos las que debimos dar,

porque omos justos, i una paz durable debe fundarse en la

franqueza

i

en la buena

fé.

N ue ' tros enemigos, a pe ·ar suyo,