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Majestad el rei del Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlan–

da...

(2)

Así mismo el gobierno de la Gran Bretaña, requerido expre–

samente por Santa Cruz para hacer el oficio de mediador entre

el Perú i Chile, respondia en oficio de

22

de Julio de

1837

admitiendo gustosamente 11el cargo, siempre que el Gobierno

de Chile conviniese con el del Perú en solicitar los buenos ofi–

cios de S. M.

B.

(3)

El Gobierno de Méjico, presidido por don José Justo Corro,

al contestar el

30

de Enero de

r

8

37,

la carta-circular de

20

de

Agosto de

1836

en que Santa Cruz habia comunicado a los <le–

mas gobiernos el nuevo órden pohtico del Perú

i

Bolivia, se con–

gratulaba por un suceso de tanta importancia i por el feliz

desenlace del triste drama de guerra que por tanto tiempo ha–

bia presentado el Perú.

11 Llamado V.

E.

(añadia) por el voto

unánime de las nuevas secciónes de esa República a rejir sus

destinos, es de suponer que empiecen a participar los bienes de

la paz i órden que habia disfrutado Bolivia bajo el Gobierno de

V.

E.

El sistema bien conocido i acreditado en siete afios de una

adrninistracion pacífica con todas las repúblicas de este conti–

nente, es una buena garantía de las relaciones francas

i

amistosas

que V.

E.

siempre mantendrá con ellas11 (4).

En carta de 3 r de Enero de r 8

37,

el jeneral don Francisco de

(2)

El Eco del Norte

de 28 de Octubre de 1837, número 35.

(3)

El Eco del Norte

de

22

de Noviembre de 183 7, número

42.

Parece que

solo a mediados de Noviembre del 37 llegó a manos del Gobierno de Santa

Cruz el oficio del gabinete de S. James sobre mediacion. Como el 17 del

mismo mes se desenlazaba la primera campaña de Chile contra

la

Confede–

racion por el tratado de Paucarpata, es natural que, por de pronto

al

mé–

nos, el Gobierno protectora! creyese ya innecesaria la mediacion de Ingla–

terra.

Lo que es mui digno de notarse es la facilidad i confianza con que el

jeneral Santa Cruz ofrecía en sus confli•.;tos con Chile ya la mediacion, ya

la garantía, ya el arbitraje de diversas potencias estranjeras, lo cual revela

que en todos estos casos procedía en el con vencimiento de que las simpa–

tías de esas potencias estaban por el Gobierno de la Confederacion

i

contri–

buirían a afianzar el órden politico de cosas que el Gobierno de Chile inten–

taba destruir.

(4)

El Eco del Protectorado.

Mayo 13 de 1837, número 59.