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-Mariano Rojas.-J osé Inojosa.-Cárlos Olavarrieta.-Es co–
pia del orijinal.-Juan
Henrique Ramirez11
(
1 ).
Esta acta no se publicó jamas, acaso porque no se le dió im–
portancia bastante. El mismo Blanco, a quien ma"l convenia pu–
blicarla, se limitó a entregar una copia de ella al consejo de
guerra que lo juzgó. Esta pieza está agregada al proceso.
Paz Soldan hablando de los tratados de Paucarpata i siguiendo
i ca i copiando la opinion de Irizarri en este particular, dice:
11Conociendo Encalada
(Blanco Encalada)
mejor que nadi e, su
crítica posicion, i convenc ido de que lo términos del tratado que
le proponia Santa Cruz, eran honoríficos a Chile, aunque no fue–
sen los que la exajeracion de las pasiones habian dictado desde
el palacio de Santiago, se decidió a aceptarlo; pero ántes con–
vocó una junta de guerra (Noviembre
16)
en la que unánimes
reconocieron todos los jefes que en la crítica situacion en que
se encontraba el ejército, la transaccion o tratados propuestos
salvaban el ejército, el honor
i
los intereses de Chile11.
I
para
no malograr la ocasion de decir dislates contra este pais, añade
en una nota al pié de la pájina:
11
Esta acta la ocultó el Gobierno
de Chile, i no la ha publicado, porque en ella se comprueba
que el temor se apoderó de todos los jenerales i jefes chilenos
de aquel ejército11.
\
Si los tratados propuestos por Santa Cruz salvaban, segun
Paz Soldan, el ejército, el honor i los intereses de Chile, i en
esta virtud fueron unánimemente aceptados por la junta de jene–
rales i jefes chilenos, ¿qué motivos tenian éstos para llenarse de
terror, ni para dejar en el acta la comprobacion de su miedo?
Ademas ¿cómo se impuso Paz Soldan de esta acta qtie, segun
él mismo afirma, el Gobierno no quiso publicar i la ocultó deli–
beradamente? Poco mas adelante, despues ele dar cuenta del
tratado de Paucarpata, dice que el ejército chileno 11atravesó
el desierto, humillado i peor que derrotado, porque las derrotas
no deshonran cuando se ha peleado con valor, que sin duda
faltó tanto a su jencral en jefe, como a los jefes de los cuerpos.
(1)
Del legajo: «Ejércitv Restaurador del Pel'ú, 1837-1839,» en el Minis–
terio
de la Guerra.