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realza el pacto de la Confederacion, a5egura los resultados que

de él esperais, confirma la política conciliadora

i

pacífica con

que nos

~nunciamos

al mundo, i sanciona las ideas de órden le–

gal i de respeto a las instituciones, que son el principio vital de

nuestra existencia política .....• Ahora conocereis prácticamente

las ventajas del admirable sistema que habeis adoptado

(la Con-

federacion).

Toca a vosotros fecundar sus resultados benéficos

i

coronarlos como el dón mas precioso del Cielo ...... Yo os fel i-

cito con toda la efusion del júbilo i del cariño, por la paz que la

Providencia nos ha concedido.11

Por un decreto de la misma fecha dió las gracias a todo el

ejército de la Confederacion por su

11

heróica lealtad,,

i

su disci–

plina

i

subordinacion durante la guerra con Chile; otorgó al

ejército del centro los derechos, honores

i

abonos que le habrian

<:orrespondido por una batalla ganada, i mandó que en cada uno

de sus batallones i rejimientos se distribuyeran, a propuesta de

una junta de capitanes, cinco condecoraciones de la Lejion de

Honor. 1 sin aguardar siquiera a que el Gobierno de Chile rati–

ñcase el tratado, i haciendo ostentacion de una perfecta con–

fianza en la paz, decretaba con fecha

~2

del mismo mes que en

cada departamento de la Confederacion se crijiese

11

una obra

de utilidad pública, la de mas urjente necesidad o la de mas

benéficos resultados, dedicada a la

Paz

de

Pauca1¿ata.11

Es indudable que Santa Cruz se lisonjeó con la idea de que

los tratados de Paucarpata afianzaban i robustecían la mal

parada Confedcracion perú-boliviana,

i

así el 18 de Noviembre

se habia apresurado a comunicar

11

con indecible placer11 tan

fausta nueva al jeneral Orbegoso, que al participada a su vez

al ejército del Estado Norperuano, le dijo en una proclama:

••Cuando estabais prontos a esgrimir la e pada, i ansiosos de

orlar vuestra sien con el laurel, debeis soltar el acero de la ma–

no, para aceptar la oliva que os presenta vuestro ilustre jefe,

el

Pacificador de tres naciones11 ( r

5).

Por su parte los Plenipotenciarios de Chile parecían estar no

ménos satisfechos de su obra. Refiriéndose a la paz que acaba–

ba de firmar, el jeneral Blanco decia en oficio al Ministerio de

(15)

El Eco del Norte,

número

44.

C. DEL E. CHILENO

11