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causa comun con el ejército. El terror, mas que el patriotismo,

habia respondido a las mira del Gobierno protectora], disper–

sando 1as pequeñas poblacione

del tránsito i retirando los

publicado

El Iris de la Paz.

Fué, sin duda, hacer llegar esta comunicacion

a su de tino, lo que el jeneral Blanco e propuso al de pachar al referido

parlamentario. Este documento decia lo siguiente:

c<Jeneral en jefe del Ejército Restaurador.-Cuartel Jeneral en marcha,

a 8 de Octubre de 1837.

((Luego que verifiqué el desembarco de las tropas de mi mando, me im–

puse por documentos auténtico que con ervo en mi poder, de las provi–

dencias tomadas por las autoridades del departamento, rara privarnos de

todo jénero de recursos. Segun ello , deben talarse, quemarse, arrasarse

Jos campos, retirarse i degollar e todo jénero de animales, i emigrar los

habitantes, de manera que no quede un solo viYiente. La pena impuesta a

Jo contraventores e

la de muerte. Yo no he podido recorrer sin horror

los oficios que contienen e tas prevenciones condenada por las leyes de

la humanidad i por los principio ma conocido i mas sagrados del derecho

de jentes, i me he resuelto a dirijirme a V. S. a fin de que cesen estas ho–

rribles vejaciones por lo que hace a las personas i a las propiedades pe–

ruanas.

«El jeneral Santa Cruz puede hacer a Chile la guerra de recursos, de que

por otra parte no carecemos,

in reducir a la indijencia i forzar a la pere–

grinacion a los propietarios que le obedecen.

«La guerra que vengo encargado de hacer, como repetidas yeces lo ha

declarado mi Gobierno, e

solo contra el jeneral Santa Cruz, que con el

engrandecimiento de su poder i el abuso que ha hecho de él, ha puesto en

peligro la independencia de mi patria. Los chilenos, en esta lucha, tratan

tratarán a los pueblos como amigos i como la ci ,,ilizacion exije que ean

tratados. Si ello padecen, pues, no se imputen jama

us ufrimientos a

a fuerzas invasoras, que saben respetar fielmente Ja

leyes de Ja guerra,

isino al mismo jeneral Santa Cruz i a su funcionario , que atro¡;ellan cuanto

hai de sagrado en las naciones cultas. Al encamiuarme a Ja ciudad de Are–

quipa, he creído oportuno dirijir a V. S. e tas observaciones, por medio de

un parlamentario, a fin de que se ponga término a esto procedimientos,

que en una ciudad populosa serian umamente trascendentales al bienestar

de los pueblos, i echarían sobre V.

. una gran re ponsabilidad.-Dios

guarde a V.

S.-.1.Wanuel Blanco Encalada.

«Señor Comandante Jeneral del Departamento de Arequipa.»

A propósito de esta nota, que,

in duda, hace honor a los sentimientos

humanitarios del jefe del ejército restaurador, pero en manera alguna a

su experiencia militar i a su instruccion sobre las prácticas de la guerra,

C. DEL E. CHILENO