CAPÍTULO
VI
-o-
Volvamos al ejército chileno, que hemos dejado reden des–
embarcado en Quilca para emprender su marcha a la capital de
Arequipa. E te interesante departamento del sur del Perú par–
te límites por el noroeste con la provincia litoral de lea, por el
norte con los departamentos de Ayacucho i Cuzco, por el este
con el departamento de Puno i por el sureste con el de Moque–
gua. El puerto de Quilca, situado a los 16.24 grados de latitud,
queda como a
30
leguas al suroeste de la ciudad de Arequi pa.
Puerto principal del departamento ántes de 1830, supeditado
despues por el puerto de Islay, era en
l
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un villorrio pobre
e
insignificante. El ejército chileno apénas se detuvo en él las
horas indispensables para organizar su marcha al interior. Lo
que mas dificultaba el movimiento de la division era la falta de
acémilas, de tal modo que fué necesario dejar en Quilca cuatro
de los únicos seis cañones que constituían la fuerza de artille–
ría (
l ).
A pesar de todo, el ejército se puso en camino el dia
(1)
Diario de Sutcliffe. En este mismo documento se asevera que se
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