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jentinas que hostilizaban por las fronteras del sur a aquella Re–
pública, i amenazar las p!azas bolivianas de la Paz i Oruro. Aun
era de esperar que el partido de oposicion que se habia for–
mado en Sucre
i
que llegó a dominar en la Asamblea lejislativa
con respecto al pacto federal de Tacna, cobrase aliento hasta
tocar en abierta rebelion, al ver ocupada la ciudad de Arequipa
por un ejército que llevaba por único objeto romper la Confe–
deracion i restituir su mutua independencia a las Repúblicas del
Perú i de Bolivia.
Al preferir el jeneral Blanco la costa sur del Perú para des–
embarcar con el ejército, contaba tambien con la cooperacion
del jeneral boliviano don Francisco López de Quiroga, que
a la sazon era prefecto del departamento Litoral o de Moque–
gua, el mas austral de aquel país, i tenia bajo sus órdenes una
division de
900
hombres. López se había insinuado
i
puesto de
intelijencia con el jefe de la expedicion chilena, por medio de
un peruano digno de confianza (don Mariano Vidal), manifes–
tando estar resuelto a secundar al Gobierno de Chile en su pro–
pósito de destruir la Confederacion i derribar a Santa Cruz.
Blanco, por su parte, no vaciló en escribir a López desde Val–
paraiso, con el objeto de prevenirle que estaba ya mui próxima
la salida de la expedicion, indicándole, sobre poco mas o ménos,
la fecha en que tocada en el puerto de Arica, a fin de que
aprestase auxilios
i
obviase cualesquiera obstáculos que pudie–
ran entorpecer el desembarco
(2).
Al fin, el
I
5 de Setiembre zarpó de Valparaiso la armada:
compuesta de dieziseis trasportes comandados por Garcia del
Postigo,
i
de los barcos de guerra
Libertad, Aqut"les, Montea–
gudo, Va!paraúo, Arequi'pefio, Orbegoso
i
Santa Cruz,
al mando
(2)
Declaracion del jeneral don Ramon Castilla en el proceso citado.
Castilla añadió sobre este particular, que los señores La Fuente, Vivanco i
el jeneral Aldunate fueron sabedores de la comunicacion dirijida por Blanco
a López. Se verá mas adelante la acusacion
i
cargo que con ocasion de este
trato clandestino dedujo Castilla contra el jeneral Blanco. Éste, por su
parte, expuso en el proceso sus intelijencias con López, despues
de
haber–
las revelado tambien en el parte oficial
de
la campaña, fechado el
28
de Di–
ciembre de
1837,
que para su justificacion dió a la luz pública a principios
de
1838.
C, DEL E. CHILENO
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