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repetía con mas frecuencia. De modo que para la pri–
mavera
~iguiente
eran las primeras moreras que bro–
taba·n, aun cuando se les daba
un
solo riego antes de
podarlas,
y
podíamos así cosechar capullos mas temprnno
que nadie. Algunos pretenden que las hojas conseguidas
de este modo son menos provechosas para alimentar los
gusanos de seda, que otras conseguidas de un modo
mas
natural.
Convenimos en que no siempre se pueden alimentar
los gusanos con estas hojas, pero no hemos notado en los
cuatro años de los cultivos que hemos hecho con esta ho–
ja, ningun sintoma p e1judicial
a1
gusano. Por el contrario,
la comían con mas gana que otros gusanos que cultivá–
b1.tmos mas tarde. con otra hoja. Así es que es preciso
tener en cu en'ua otras circunstancias para deducir su con–
veniencia. Las hojas que se consiguen temprano, no tie–
nen como lns de tarde el polvo de tierra que se levanta
en mucha cantidad er). un pais en que no llueve,
y
se de–
posita en s
1
superficie. Aun cuando este método es muy
provecho~o
y
económico, no es posible repetirse en otra'3
partes en que no intervienen las mismas circunstancias
que las que hemos indicado. Es un error la ciega imita–
cion en las plantaciones
y
cultivo de la more ra, error
que en Chile se repite con perjuicio del porvenir de esta
industria. Solo los conocimi entos especiales
y
la expe–
riencia pueden determinar. en América tales sistemas,
los que deben deducirse de los estud ios experimentales
que se requieren hacer
cfo
antemano. Talvez el sistema
de planLacion
y
cultivo que acabflmos de indiear cor: ven
drá en muchas partes del Perü.
En cuanto al modo de introdncir en
el
cultivo los sis.
ternas de pa.rtici pacion ele los productos, no
011
ontramos
dificultad en que tambien el cuidado de ]as plant:;i ·i@es de
!)