-
64 -
las heladas hasta muy tarde, para plantar moreras que re–
tardan su veg0tacion
y
poder retan.lar asi el cultivo, para
no esponerse á pérdidas. Miéntras que· donde no hieJa es
mas conveniente la eleccion de clases de moreras que se
desarrollen pronto,
á
fin de anticipar el cultivo del gu–
sano pues es siempre el mas seguro.
De todos modos es preciso, saber elegirá mas del
terreno, su posicion preferente en cada localidad. Esta
eleccion depende del exámen que se haga de todas las
circunstancias intrinsicas
y
extrinsicas que intervienen en
el mismo terreno,
y
ellas son las que deben resolver las
cuestiones relathras al modo de plantarse las moreras,
á
su cultivo
y á
la poda que debe adoptarse.
Por
~jemplo,
hemos plantado en uno de los esperimen–
tos
q_
ue hemos hecho,
á
un metro de distancia plantas de
moreras en un terreno
muy
profundo
y
rico en materias
orgánicas y que tenia abundant,e riego. Al tercer año de
plantadas habían engrosado
á
tal punto, que las mismas
plantas plantadas en otro terreno siete años antes no hn.–
bian podido alcanzar el 111.ismo resultaJo Entonces se nos
ocurrió por la demasiada vegetacion viciosa, la idea de
podarlas todos los años hasta las ramas del tronco que
dejamos
á
ochenta centímetros mas elevado del suelo.
Conseguiamos con esto una gran produccion de
h0jns
en un espacio muy l·educido de terreno y tiempo, mien–
tras que nos costaba tres cuartas partes menos el reC'o–
jerla así, de
lo
que nos habría
cost~do
de otro modo.
If
acíamos llevar las ramas en carreta
á
la gusanera1
puestas en un cuarto hü.medo y fresco, para desprender
las hojas de las ramas cuando se
neces~taba.
Despues de
podadas las plantas en Ja primavera, le hacíamos dar un
riego
y
cavar bien la tierra,
y
en seguida otro riego que se