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de
azúcar, por rneciio de esta especie
ele
digestion
artificial y comunista.
·
Pudiera obtenerse una chicha qua igualase
á
la
cerveza, añadiendo un poco de cebada germinada
á
Ja jora,
y
no sometiendola al tiempo de la coccion,
á
mas de
65
grados centígrarlos. Si á esta solucion
se añadiese un poco de lúpulo, se obtendría una
cerveza mas nutritiva que la de cebada, porque el
n1aiz contiene mas grasa que aquel grano.
Si una fabricacion en grande, bien dirijida, se
estableciera por personas competentes, nos ahorra–
ria enviar al estrangero cientos de miles de pesos
por
una bebida [la cerveza], que, para decirlo de paso,
está muy léjos de poseer las altas virtudes nutriti–
vas que se le atribuyen,
y
que su uso es una de esas
contribuciones que la moda arranca á los que
se
tendrian en menos, si no dieran estas muestras
de
alta civilizacion.
Segun Mr. Payen, los 48 gramos de sustancia só–
lida que se encuentran en
un
litro die cerveza, tie–
nen
un~
propiedad· nutritiva igual á 48 gramos de
pan, y como una botella contiene
750
gramos ape–
nas equivaldria su poder nutritivo
á 36
gramos de
pan, cantidad á la que, sería necesario añadir
14
gramos mas, para representar tanta alimentacion
como un pan de
50
gramos, que vale un centavo en
nuestro mercado.
Las mismas observaciones son aplicables
á
la
chi–
cha. Se necesita tomar grandes cantidades para que
pueda entrar en los cómputos de l'!lna buena alirnen–
tacion.
lH
Aunque
el
vino
y
'"aguardiente no
se
inclu–
yen generalmente en un régimen alimenticio,
porque para poder sacar
de
estas sustancias algun
provecho co1no alimento,
se
corre el riesgo
de lle-
.gar á los límites de la embriaguez, usados en cortas
cnnticlades
abren el apetito
y
favorAeen
la
digcstion,
.excitando
b .
s ccrecion _do abundantes jugos disol–
y entes.