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de las perlas orientales, la frágil cri–

santema de oro, la princesa de todos

mis c uf'ntos ..... .

Tn1tadla. bien.

KIN-KTNG.

Día agitado

Es el

11

el e Novi emhrP. Filomena

r· un111l e quin 0,e

añ ,,s.

Y

Filo, que es

como la llaman 1-us amiga¡.;_

fW

preJlara

: Ptnh:1rgo para ,-alir

a .

la, calle.

o

li a 11 ba s tado· la s reco11 vencionP.$ del tío

~fanuel. s u padrino, para que desista ·

de s u empeño.

-Pe ro , ¿adonde vas nenita?

-Al Congre o. tío.

- ¿Al Cong reso? Pero, ¿sabes tu lo

qu e es el Congreso?

-Ct,mo no

tío ·

Una sala con mu–

chm; bancos.

Y

Fil om ena sati sfecha de

su contes tación se pon e el sombrero

y

toma s us guantes. Llama a voces a Ca–

rolina , su sirviPnLa d e compafiía . Pone

r-u c,illa r d e fi est, a Crii-antem un lin–

do p Prrito ja pon és Toma ,;u ma gnífico

auto «Mercedes " \' :;e va al Pahci o Le –

gislativo, pa ,-1-rn r"l o antes por Rosita

qu e no ti ene con qui P11 ir porqu e es

día

d e recibo d e 1- u mamA y po rqu e su

h e rma no qu e cnr,-a. pri111 Pr añ o de Le–

tra s. le ha <l P<:la rarlo q11 e «la libertad

d P t: 1ilt.01, es u1rn e,,nquista gloriosa del

p :ií ,-ll.

.,.

··--

.i,.

La pl ::i za de la Inquisi ción está re ·

p le ta de g0. 11tP.

RI

auto a travi e,:a h a –

ciend o huir a las vi eja s

como

a un a.

pa rva da d e ga llinas, grit ,1n<lo

_v

rega–

ñ a nd o a todc1 voz. En la µu e rt.,t e l ce n·

tín Pla les la nza un ¡atrás ! formi<l a b-l e.

Am ba¡.; prorrumpen en un chillirl o d e

te rror, :rnte la protesta d e una s se ñoras

h o nes t::is rl e mirnta a quienes

110

se ha–

bía

qu e rirlo d eja r pasar. Entretanto

Cri¡.;antPrn había entrado con la mi ~1tlfi

fr p¡i;c· ur,1 <) UP. un hon o rabl e señor

y

d~~- ,

d '

,

le la, escal e ra ll a 1ua

ba

a

s u ¡.;

....J.." .

Gra c ia.s a·

la

"íntrn<lu cción

'<l t-'

Crisanten1 les fueron franquea<la.s las

puertas, Ingresan a. la última gnlería..

Hay

un rato amable en que ml'!nudea

los r:a

I

udos.

,

-Esto está encantador, dice Rosita.

Si pa mee que la lista rle la <'nn<'tn ren–

cia al Femina · que pu hli<'a «Alma

ba_.

tina» se hubi e ra trMladado en corpo–

ración.

-M,

0

gnsta más es te edificio que,.el

<h·l ;\fonicipal, agrega Filo.- Pero,

¿a

qué hora alzan el telón aquel?

.

Una señora se ap1'esura a contestar:

-No han de levantarlo señorita,

porque ahí detrás está escondido el se–

ñor Tud ela.

La curiosidad de Filomena aumenta

con esta respuesta.

-Aplaudan niñas, agrega la seño–

ra. ¡\ iva la religión de nuestros

pa–

dres! ( Los padres de la Patria parecen

protesta r. El señor Secada chilla de

ten er hijas tan feas).

Filo, observa qne el señor Quimper

ti ene cara d e ángel.

Crisante rn se ha prendido d el fustán

de una señora con sejera de una aso–

ciación religiof'a,

La.

buena señora :,:e

d esmay a en la creencia <l e que el <le–

monio chino - puesto e n libe rtad por "

la mal<lita ley-l e está jalanrlo la pie–

za a qu ella

cuyo

la vado d e be a Kun

Snn Lf' u. lavandero chino de la calle

d e los Borricos.

Rosit.a solncion::i el in ci<lPnt.P obse–

quiando a Crisa.ntf'm una corona des–

tinada. para e l señor Urbina.

Filomena grita entretanto con toda

la fu e rza de sus pulmones una¡,; frases

a irada¡;; contra la representa c ión nacio–

nnl que otra SPñora.sPc re taria ri el Con–

cejo d e la Soci ed a d, d e n uPstrn. SPñnra

d e la Agonía d e San José d e Surco, le

ha proporcionarlo esc ritas <l etras de

una ei; ta m pa d e Nu estra Señora de l<t.

Paz.

La

hull a es inferna

I y

la SPfiora se·

c retari~ d e la Socied a d etc. , que e1~

ti end e d e lit<:>rat: 1ra d C'"tl e que escribe