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columna expedicionaria que habia recibido el encargo de ocu–
par a Cobija, i que despues de ocuparla por pocos días, se
reembarcó para reunirse con el grueso del ejército.
El
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de Octubre marchó a Ch uquibamba i Majes el tenien–
te coronel Espinosa con
90
hombres de los cuadros peruanos,
i
en dichos lugares se batió con fuerzas destacadas por el jeneral
Vijil, las cuales habían salido de lea i Lima para hostilizar al
ejército restaurador. Espinosa, despues de recojer algun gana–
do, se puso en retirada, sin ser perseguido por el enemigo que
se encontraba anulado por la fatiga de una larga travesía i por
la desercion (3).
U na partida numerosa de tropa enemiga dejóse ver el 3
I
de
Octubre sobre los altos de Cangallo en las goteras de Arequi–
pa, lo cual introdujo la consternacion entre sus habitantes, que
atribuían aquel avance a la inmovilidad del ejército restaura–
dor. Rlanco, comprendiendo al fin los inconvenientes de esta
situacion, destacó al coronel Nccochea el dia siguiente con un
escuadron de caballería i cuatro compaftías de cazadores para
sorprender o provocar a un combate a la vanguardia enemiga.
Necochea marchó en direccion a Poxi i sorprendió una avan–
zada, una legua ántes de aquel pueblo, tomando 24 prisioneros,
un jefe
i
dos oficiales, i dejando dos muertos en el campo, sin
pérdida alguna de su parte. Con la noticia de este suceso, las
tropas protectorales se retiraron de Poxi,
i
Necochea contra–
marchó a Arequipa. Se ha creido que si la fuerza de Necochea
hubiera marchado en pos de la tropa enemiga, que se retiró de
Poxi en gran desórden con el coronel Montes, en pocas horas
habria podido alcanzarla i destruirla o dispersarla por comple–
to. El enemigo, entre tanto, volvió a ocupar a Poxi con tres
compañías de infantería. El jeneral en jefe intentó informarse
sobre el estado del campo de Puquina; pero, en vez de ocupar
para este fin a Poxi
i
destacar sobre Puquina su excelente ca–
ballería, se redujo a enviar un parlamentario a Cerdeña para
pedirle la regularizacion de la guerra con relacion a los perua-
(3)
Sobre esta campaña de
E
pinosa
hai
diversas versiones contradicto–
rias. El mismo Espinosa) al retirarse, escribjó a Blanco manifestándole que
no tenia fuerzas para resistir a Vijil.
(
Dz'ario de Sutclife .)