Previous Page  126 / 330 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 126 / 330 Next Page
Page Background

-

120 -

Blanco desembarcó

i

nombró al coronel Lopera por gobernador

del puerto. Mas la falta de un muelle, la altura de los rebazos

en que está situada la poblacion

i

que se avanzan hasta la mis–

ma orilla del mar; el largo desierto arenoso, llamado Pampa de

Islay, que se estiende a espaldas del pueblo en la direccion no–

reste,

i

las noticias habidas sobre la paralizacion del comercio

i

escasez de víveres, hicieron que la expedicion enderezase al

que les ha turbado, i desista del ominoso cargo de ser instrumento de cala–

midades.

Dios guarde a V. E.-FRANCisco LóPEZ

DE

QunwGA.-

Valentin

Ledes~

ma,

Secretario.>J

Ya dias ántes, en el número del 8 de Octubre el mismo

Eco del Norte

habia dado cuenta de la mision de Ugarteche en estos términos: «Ugarte–

che, oficial que fué del Perú, marchó para Tacna de parlamentario cerca del

jeneral López, para practicar su diplomacia revolucionaria i seductora. El

noble

i

bizarro jeneral ha respondido con el honor que le caracteriza i con

la bravura del valiente que se indigna, oyendo proposiciones villanas•••

»

Dada la buena fé del jeneral López en sus negociaciones con Blanco

(i este punto está corroborado por los testimonios de los emisarios Ponce

i Ugarteche, del jeneral don Ramon Castilla i del mismo jeneral Blanco,

i

sobre todo por los hechos que luego referiremos i que tuvieron a López en

trance de ser fusilado por Santa Cruz) es indudable que el oficio que aca–

bamos de trascribir, fué una estratajema calculada para engañar al Gobierno

protectora!

i

evitar que concibiese sospechas de López con ocasion de su en–

trevista con un parlamentario del enemigo, hecho que no podia quedar re–

servado i sobre el cual era preciso dar explicacione mui satisfactorias. Es

pues mui probable que un ejemplar de este mismo oficio fuese entregado a

Ugarteche, ya para satisfaccion de los espías i de los partidarios del Protec–

tor que rodeaban a López, ya para el caso no improbable de que la corres–

pondencia confiada a Ugarteche pudiera serle arrebatada en su regreso a

Arica.

Sobre la cooperacion del jeneral López a las miras del Gobierno de Chi–

le, dice don Antonio José de Irizarri: «:El jeneral López no habló con el

jeneral

Bl~nco,

ni le escribió una letra mas que las que contiene el oficio

en que rechaza con vigor las insinuaciones que se le hicieron para que

abandonase la causa que defendía. Pero sea lo que fuese de la verdad que

hubiese en el recado que trajo el coronel Ugarte---he, lo que no tiene duda

es que aquel jeneral no contaba con un solo hombre de su division para

defeccionar e, porque cuando él quiso retirarse a Bolivia, no le acompañó

sino un oficial, el capitan Morales, que estaba pre o.»-(lmpugnacion a los

artículos publicados en

El lYlercurio

de Valparaiso sobre la campaña del

ejército restaurador, por Antonio José de Irizarri. Arequipa, 1838.)