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cienes contenidas en él deberán servir a VV. SS. de norma para

las negociaciones de paz que se entablen con el Gobierno del

jeneral Santa Cruz.

11Suponiendo que la expedicion al Perú tiene el suceso que

S.

E.

se promete de su

J

eneral i de la brillante oficialidad i tropa

que la componen, VV. SS. mirarán las enunciadas bases i las

justas pretensiones de Buenos Aires, especiaimente las que es–

tuviesen consignadas en el tratado de alianza, si alguno llegase

a celebrarse, como el m{nimo de las condiciones que se impon–

gan al enemigo. Favorecidos por la victoria, no debemos vaci–

lar en sacar de ella todo el partido posible, hasta la completa

aniquilacion del poder de que hoi goza el jeneral Santa Cruz,

exijiendo que abdique todos los caracteres que ha investido,aun

el de la pre ·idencia de Bolivia. VV. SS. saben bien que las aspi–

raciones ambiciosas i el jenio de intrigas i maquinaciones inmo–

rales que ha desarrollado ese hombre funesto, nos obligaria a

observar mui de cerca su conducta. Codicioso de dominacion

i

deslumbrado por los prestijios de la falsa i perniciosa gloria de

los con quistadores, no pensaria jamas en otra cosa que en em–

plear los recursos de una República para extender su imperio

sobre las otras. Por otra parte, los agravios que hemos recibido

de Santa Cruz, son de tal magnitud, que no podemos nunca

prometernos una sincera amistad de su parte. Él seria siempre

un enemigo encubierto de Chile, aun cuando ostensiblemente

se mantuviere en paz con nosotros: él seria siempre el apoyo a

que volverían los ojos todos los malévolos

i

descontentos de los

Estados vecinos; desde Bolivia se atizaria la llama de todas las

discordias,

i

se dirijiria la trama de todas la conspiraciones que

se urdiesen en ellos. La Providencia nos baria, pues, un scña–

lad lsimo beneficio, permitiéndonos coronar con la ruina com–

pleta del Protector los esfuerzos que estamos haciendo por

nuestra salud i la de los otros Estados meridionales. Pero en

este punto todo dependerá del a pecto que tomen lasco as; del

suceso ma o ménos brillante de

nue~tras

armas; del espíritu

mas o ménos favorable que reine en los pueblos. Confiando en

el talento i patriotic.;mo de VV. SS., no creo necesari o, ni seria

tal vez posible,

darle~

instrucciones para la variedad de casos

i

ocurrencias que puedan presentarse; i me limito por tanto, a