LIBROS & ARTES
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demás de la poesía,
la literatura y el tea-
tro, Toño siempre se sin-
tió atraído por la pintura y
las artes gráficas. Su inte-
rés en estos temas no se
contentaba con las artes
plásticas y sus respectivos
ismos. También estaba al
tanto de lo que ocurría en
el estricto universo del
co-
mic
culto y conocía al re-
vés y al derecho las mejo-
res publicaciones humorís-
ticas y de diseño gráfico
que había en el mundo.
Poner en relieve esta
faceta poco conocida de
Toño nos ayuda a expli-
car su importantísimo pa-
pel como humorista e im-
pulsor del humor en el
Perú en una época domi-
nada por un humorismo
blando que a lo mucho se
permitía una burla suave
y condescendiente con el
poder. Mucha gente igno-
ra que fue Toño el que
hizo posible la existencia
de
Monos y Monadas
del
periodo de 1978 a 1983.
Dos o tres años antes de
su aparición, Toño ya avi-
zoraba la necesidad de
una revista de humor y de
izquierda, algo impensable
en esa época. La izquier-
da estaba dividida en infi-
nidad de grupos y una
gran parte de su militan-
cia estaba afectada por el
virus de la solemnidad y
de la estupidez doctrina-
ria. Justo acababa de ocu-
rrir una nueva división por
discrepancias sobre la
Teoría del Reflejo de Le-
nin. Además de tan peno-
sa situación, vivíamos
bajo una dictadura militar
que tenía dos objetivos
muy claros: desbaratar las
reformas de su primera
etapa y reprimir con fero-
cidad cualquier conato de
oposición.
Todo indicaba que no
eran los tiempos más pro-
picios para una publica-
ción de humor y menos de
izquierda. Pero a Toño le
encantaba ir contra la co-
rriente y en esos dos años
fue preparando el camino,
convocando a la gente
que más tarde haría la re-
vista, para convertirla en
una experiencia colectiva
tan divertida que nos col-
mó de felicidad (a noso-
tros y a sus lectores) los
cinco años que duró. Sin
exagerar, se podría decir
que gracias a
Monos y
Monadas
una buena par-
te de la izquierda perua-
na aprendió a reír y a rom-
per sus dogmáticos esque-
mas.
Toño impuso desde el
primer número ese tono
desenfadado hasta la inso-
lencia que caracterizó al
Monos y Monadas
de en-
tonces y que continuó
El
Idiota
con igual esmero.
Durante un año, la dic-
tadura militar se empeñó
en reprimir a la flamante
revista de humor que se
atrevía a ridiculizarla. En
esta guerra sin cuartel des-
atada por los gorilas con-
tra los monos, hubo requi-
sas, persecuciones y hasta
bombas en las casas de
Nicolás Yerovi y Antonio
Cisneros. Como estába-
mos curados de espanto y
seguíamos en las mismas,
a los gorilas no les quedó
otra cosa que buscar afa-
nosamente un pretexto
legal para censurarnos y
en esta búsqueda de tres
pies al gato encontraron
el pretexto más absurdo,
acusar a Nicolás Yerovi,
director de la revista, de
pornógrafo por publicar
en cada número la foto de
una mujer desnuda, la cé-
lebre «Calata» de la pági-
na once. La respuesta de
Toño no se hizo esperar,
al número siguiente, en las
páginas centrales publicó
dibujos de Picasso, Ma-
gritte y Beardsley, todos
ANTONIO CISNEROS
O EL HUMOR
Lorenzo Osores
A
Nunca imaginé que escribir sobre Antonio Cisneros me iba a resultar tan difícil. Excelentes
escritores y amigos entrañables han dicho todo, o casi todo, lo que se podía decir de una personalidad tan
descollante, de un amigo tan querido como pocos, de un poeta de primerísima calidad en cualquier parte del
mundo. Yo me he reservado para escribir sobre su maravilloso sentido del humor, que unido a su
poderosa inteligencia lo hacían verdaderamente insuperable.
Revista
Monos y Monadas,
1980. Los humoristas reunidos. Arriba Alonso Núñez, Lorenzo Osores, Antonio Cisneros, Mario Zolezzi, Juan Acevedo, Lalo Morel. Abajo Nicolás Yerovi,
Rafo León, Luis Freyre, Fedor Larco y Carlos Tovar.