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otras veces que no se puede recojer hojas por las lluvias
i·epentinas
ó
continuadas, hay que hacerlos ayunar; otras
veces guardando las hojas demasiado húme<las, fermen–
tan. Todos estos inconvenientes son
cau~a
de que la pro–
duccion no puede calcularse, y se pierda
ó
disminuya.
En
el Perú la vida del gusano se podría man teuer
tarnbien sin alteracion, tanto mas cuanto que hay poca
variacion
baro~étrica.
El
pro-medio diario segun
el
se–
ñor :Roux Paz-Soldan es de
1
milímetro
7¡ l O;
y
esta
uniformidad debida tambien
á
la
escacez de las pertur–
baciones eléctricas,
á
la ausencia completa de los tern–
porales y de los relámpagos en la costa, es muy favorable
al cultivo, lo que dificilmente podrá ser igual en
otras
partes.
Por las observaciones que hay que practicar su<·esiva–
rne1:te sobre los efectos del clima y circunstancias
fí–
sicas del pais, nos será permitido extendernos sobre esta
materia que por ahora
no
tratarémos sino ligeramente.
Del mismo modo po<lrémos con mas seguridad deter–
minar los cálculos de la produccion con respecto
á
los
efectos físicos que contribuyen
á
el1a. Apesar de eso
creemos que en atencion al clima tan favorable en el
P erú para el gusano, éste se puede reproducir varias ve–
ces en el mismo año, haciéndos e asi varias cosechas
de
seda. Sea
ó
no realizable la reproduccion expontánea,
e l hecho es que en el Perú los resultados del cultivo de
la morera
y
del gusano de seda no dejarán nada que
<lesear.
Recordamos haber visto en
1853
plantados en el patio
d el convento de San Pedro del mismo modo que en
1863
unas hermosas moreras blancas, que son las mas
á
propósito para el cultivo, las cuales tenian una vege-