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ALl\IA LATINA
]?ulgen en la jg]esia luces a millares
Y
bellos re uenan los dulces cantares.
El oficio santo comienza solemne.
¡Oh bello recuerdo, recuerdo perenne!. .........
Ante blanca Hostia jura la novicia
Renunciar al mundo lleno de malicü1 ,
A aquel mundo ingrato, triste, bajo
y
ruín ,
Que tiende a apartarla de Dios que es su fin.
Y
siguiendo el rito de la Santa Igle ' ia
La pura, inocente, Herrnana Teresia
Despojase al acto de sedas y flores.
¡Aclios para siempre mundanos amores! ........... .
En vez del vestido de seda bordado
Ya viste el de Esposa del Crucificado.
Aún más realce le da a su hermosura
La sencillez pobre de su vestidura.
Su angelical rostro yace aprisionado
Entre blanca toca de lino plisado.
Su cofre lo forman: un devocionario
La Cruz, los cilicios, y un tosco rosario.
Del cuello le pende esa humilde Cruz
Que es para ~lla todo: su vida y su luz.
Por fin, ha conduído el ceremonial.
Todo lo ha invadido la paz conventual.. ......... .
La orquesta ha callado; los cánticos cesan
Por vez postrimera, madre e hija se besan ........... .
El templo se cierra, las luces se apagan
Y
mientras las monjas al Señor alaban
La
nneva Hermanita de gozo sollozH.
Pensando, pensando, que es de un Dios Esposa,
HELOISÁ.