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AL~1A LATii\A

clamaba versos.

Y

el Sr. Denegrí le

conte tnba en discur o . La conferen–

cia duró largo . El Sr. Revoredo salió.

Y

el

r. Denegrí se quedó. Al salir a la

Plaza el Sr. Revoredo respiró libre–

mente. Compró un abanico. Siguió

por Mercaderes y tomó un agua gí'l–

seosa donde Leonard. Se moría de

calor. En la Callé de Boza entró don–

de Onofrio.

Y

se tomó una concha de

helados. Cuando l legó a San Juan

ele

Dios, no podía más.

Y

se quitó el jac–

quet.

Y

echó a correr

y

ya no sentía

calor se había quitado un peso de

encima . En tanto en la Secretaría del

Centro el Sr. Denegrí, se helaba de

frío . Se frotaba las manos de frío. L la–

mó a Roussac

y

mandó cenar todas

las ventanas.

Y

a 6n hacía frío. E l

nuevo Presidente mandó hacer una

fogata .

-¿Con qué señor? <iijoR oussac.

-Con Carbón hombre .

-No hav señor.

-Pues ~on cuéllqu:er cosa. Con la

basura.

-Tampoco hay señor.

-Pues,yo te d;1ré, dijo el Sr. Denegri

y

de un cajón del escritorio sacó un

alto de papeles y se los dió para la

hoguera; Eran los versos del Sr. Re–

voredo.

¡

Pobres versos! Animado con

el calor se puso a trr1 b11jar . Buscó por

todas partes.

Y

no halló sino versos,

Versos

y

más versos.

Y

e:~seguida l la–

mó por teléfono a sus compañer0s de

Comité. Llegaron. Discutieron. Sel'-io–

naron.

Y

quedó elegido

el

nue ,·o Co–

mité.

FELIX S. PARODl

A bogad o

')

,...,

_,

A

v

P. M.

Calle de .Ayacucho

.N

9

529

F.

Al Sr. Vetancourt 1o hicieron \'ice

Presidente. Una corte ía internacio–

nal,cnmo volvió a opinar el ~r. Terí.

Al S1·. Colmena re

le dieron l

I

T e–

sorería.

Y

se hizo L'::irgo inme ·liata–

mente de su puesto. Se t"ncontró

u

na

alcancía después de mucho buscar.

Y

no encontró nada más. Pero la alcan–

cía estaba llena. Los billetes son :1. bnn

dentro. El Sr. Colmena res estaba go–

zoso. Llamó al Sr. Denegrí.

Y

ambos

pidieron un martillo.

-Ko hav señor, contestó Roussac.

El Sr. Denegrí, que es hombre prác–

tico puso la alcancfa en el suelo.

Y

se

sentó sobre ell~1. Hubo un ruido

e:~–

traño.

Y

todos se precipitaron n 1 su~–

lo. La alcancía estaba abierta. Cogie-

ron los papeles. Los examinaron ....... .

y

eran versos del

SL

Revoredo. E l Sr.

Colmenares recogió la ,.ilcancía y se

retiro meditando. Quizás sí le serviría

como obsequio p;1ra u no de sus chi–

qu it i nes del

1

º .

de Letras.

E l Si-. San Cristóbtll se recogí{> 1os

versos . Es muv Hncionado a dech.:–

mar.

Y

a repetí~· discursos.

Y

arh_. más

ha sido nombrndo Director de la Re–

vista. Pueden sen-irle.

Y

así sin fiest;1s . Sin bul licio. Sin be–

sarrn-lnos ni ma11ifestc1ciones se h ·t re–

novado

el

Comité del Centro Un iver–

sitario. Y el ler. acto de su Presiden–

te asegura desic ión y Yoluntarl

Y

ck–

~eo de no repetir la Historié\. Ha qu~.

mado todos sus d iscursos.

T. G.

n' vR.

E. GARCIA CALDERON

ABOGADO

AzÁ:--:GAHO

(] t

.-\N

PAn1.o)

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