SILUETAS
XV
Simpatía
Belleza. Distinción .
Hay en su silúeta algo que habla
de h1elanco1ias que no llegan a ser
tristl'zas,
¡
quien sabe si las flores
de nlgún jardín tr pical le conta–
ron e,1 la hora de plata de un claro
de luna, el hondo µoema ele sus es–
peranzas y de sus amarguras!
Su mirada señorialmente buena
se ani,na a veces con extraños ful–
gores como si sintieran sus ojos, en
nuestros :imancce1·es y en nuestras
tardes g rises, la nostulgia de las
caricias de un sol más glorioso y
más cálido.
Y Ella es pálida. delicada y nma–
ble". Toda su simpatia se resume
eu el gesto suave de su sonrisa
¡
flor de dulzura y sinceridad!
Una virgen casta y silenciosa le
prestó el lirismo encanta<!
r)
de su
nombre que habia arrancado a lns
prodigiosas flores, aterciopeladas y
aromosas de su huerto.
Y no habría para su belleza nom–
b1·e más apropiado ni más bello
que el que formó una aureola ele
blancos pétalos a
la virgen lime
ña, porque vive en Ella el a lma
soñadora
y
mística del San Pedro
tradicionat