ALMA LATINA
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M.-Pero no peleen. No echemos
a perder el repaso.
L.-Habla Señora c¡ue tu sierva
escucha . ¿Qué hacernos?
J.-Ya estoy cansada de cambiar
ele caja los violines,
el ~·
pas ,,
r
1
<" '-
pez
a las tedas y ele ensuciar cu11 tiza
los pia nos haciendo caricatur ;, s del
P. Todavía. Tengo ganas de hacer
una ...... pero buena ..... Con segtui
dad que si
les
digo
se
priv:rn. por
eso mejor será que me calle ..... .
Las dos,-No seas mala ...... ¿Qué
cosa?
J - Si es demás. Ustedes
no
son
capaces de nada.
L
Dinos qué cosa y te prometo
que la hacemos, al menos yo.
J. -
¿Y María?
~-Yo no me meto,
J, - Y eres capaz de s o plárselo a
la monja.
M. - Eso no.
1
o digo nada.
J
a L.-Aguaita si no hay na–
die y pon el banquito cojo contra
la puerta,
L.-Ya esUi. ¿Qué piensas hacer?
Me mu ero de curiosidad.
J .-(
en voz baja) abrir la ven–
tana .
La!? clos-
(medio asustadas, me–
dio con ten tas) ¡ah!
(Hay un intervalo de silencio en
que se oyé el jadear de las tres. el
leve movimiento de
la
ventana
y
al
.in el chirrido discreto del picapor
te olvidado
y
rebelde. Las dos ho–
jas de
la
ventana se nbren dawlo
paso franco a
la
luz. La M. Barat
hace una mueca, y Santa Cecilia se
encoje ds h ombms) .
(Las tres a un tiempo respiran–
do fuerte
y
r oj a s de emoción y
de cansancio)-¡ La calle!. .....
J.--¡Qué b~nita! Vé ese tranvía.
L -Y ese b1zcochero
M.-Y esa huachafa.
J.-Vamos a repasar un poco, no
sea que las monjas caigan en cuen –
ta si no oyen nada.
(Repasan al piano las tres h a ·
ciendo grandes muecas.
(Vuelven a la ventana.)
J.-Mira Lola quien viene.
L.-¿Bse joven de negro?
J. --St
¿ o lo conoces?
L. No hija pero se parece a tu
chico.
J.-No le hagas tanto fa.voi-.
M . - Ve cerno nos mira .
J -¡Qué impertinencia! ¿Quieres
que lo
füi
me?
Las dos.-¡Jes6s! Tú eres capaz
de torJo.
J.-¿Qué tiene?
Tos mira tanto
que parece que tuviera algo que
decirnos.
Las dos. -¡Pero llamarlo! lla–
marlo!
J.-Ahora verás. Wisst,wisst, ¡io–
ven!
(Se oye una voz azorada que
desde abajo pregunta ¿señorita?)
J. - ¿Se
le ha perdido algo por
aquí arriba?
Eljoven. - Noseñorita¿y a usted ?
J.-A mí sí. Se me ha perdido mi
chico.
El joven.--Puedo reemplazarlo.
J.-Nó, mejor tt-áigamelo. Vive a
tres cuadras de aquí , por allá, es.
tudia Letras. ¿No lo conoce Ud?
El joven.-¿Luis Hache?
J.-El mismo, dígale que venga
mañana a las once
y
media. Pero
no se olvide. Dispense la confianza.
. El ioven - No hay de qué.
J. - Muchas graci a s.
(
a Lola)
Anda hija anímate, mándalo lla–
mar.
L. - No me atrevo.
J
(al joven). - Esta chi en es muy
tímida. Le tiene 1111edo. Si conoce
usted a Luis conocerá seg uramente
a Vícto1· Efe
su insepa rable ami·
go. Le dice también que venga.
Eljoven .- Com ,, nó. (a María) Y
usterl s ñ o rita ¿No tiene algún en
cargo que hacenne?
M. - No señor.
El j n ven. - No tiene usted á qui en
hacer llamar?
M .-Nó ..... .
El joven.- Entonces vendré yo.