ALMA LATINA
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Las campanas de San Pedro, la bocina de San José
y
las cornetas de Belén cuentan que ..... .
Qne el «Express San
J
oseph ,, con–
sume mucha bencina mientras es–
pera a las cok~ialas.
Que «Alma Latina« está organi–
zando una gran velada literario.
musical en su honor y beneficio.
Que e5ta velarla marcará una
nueva Era en la historia del vivir
san-ped rano- helenista josefista.
Que con motivo del aniversario
de Alma Latina,, las suscritoras
piensan organiza1· un gran al muer
zo en honor de la Redacción · (¡ojo
Bebé!)
Que la velada será un verdadero
torneo de poesía, de música y á la
vez un sugestivo torneo ele elegan–
cia de gracia y distinción.
Que
fa
chica que no extrene traje
ese día es una cursi.
Que al dar cuenta de la fiesta
"'Alma Latina'' hará la descripción
detallada de las "toilettes",
Que con los reflectores de tantas
miradas. no habrá necesidad de lu–
ces artificiales.
Que también los jóvenes debutan–
tes estarán confiados en sus luces
naturales.
Que esta es por fin la ocasión de
que salgan á luci rse las "estrellas· •
de San José .
Q}le Bebé y Rosita, vestidas de
frac, harán el galantísimo pape! de
acomodadoras.
Que las corresponsalías de "Alma
Latina" en San Pedro y Belén es–
tán vacantes y que en la Redacción
se aceptai1 propuestas.
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Observaciones de una pollita.
Crónica corta
y
am1:Jble sobre una noche chorrillana
y
que 110s e11via
una gentil cnhlboradora.
Es día de retreta; grnpos ama–
bles de gentiles damas, alegres y
retozonas , llenan
el
ambiente con
sus risas argentinas
y
su juventud
primavera!.
•
Arrulladas dulcemente por una
suave y acompasada rnusiquilla.
desfilan en la hermosa terraza del
malecón, luci endo sus níveas y ele–
gantes toilettes de estación, y repi–
queteando, muy menuditos . sus
agudos Louis XV en las grises y
resonantes locetas
Brindan estas caras lozanas y be–
llas, sus sonrisas. a lgunas veces
melancólicas, otras con gesto impe–
rativo, satisfechas, pero mayor–
mente irónicas, orgullosas, seduc–
toras ...
La
conversació11
amena, se sos.
tiene con entusiasmo y buen hu-
mor, y así trascurren felices mo–
mentos de charla confidencial y
hasta criticona...
Pero t0do se acaba v la música
nos abandona, y las gentes tam–
bién se recogen: queda el malecón
.:;olo, muy solo, de vez en yez se oye
la carcajada de un grupo dejóve
ües, amigos de la soledad y el silen–
cio, interrumpido en esos momen–
tos, únicamente por el murmullo
sordo,
t:on que se arra~ tran
las
olas en la pedregosa playa.
Silban los policías las
12,
y en–
tonces rei1rn ya el silencio y ti-an–
quiliclad ele media noche. Es ya. un
nuevo clía ...
l
na pollita que clescle su ventana
observaba:
X. X .
Verano ele
1916.