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ALMA 1,A

TINA

la oscuridad de su desventura al

Amor que no vino, al Amor que no

fué ...... .

BENIAMÍN

Fiesta de caridad

El

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de diciembre del año pasa–

d·o-¡qué pronto corren los años!–

se realizó en el Excelsior la velada

de caridad, que un grupo de damas

organizara á beneficio del templo de

Chosica.

Fué una.-noche toda llena de ru-

mores y de músicas, de alas ..... .

en que el amor pasó por la sala co–

mo una ideal evocación de las rimas

del poeta, encarnado en el alma in–

génua y auroral de Socorrito. Puso

la séñorita

~

arcisa Cisneros en el de–

sempeño de su papel

su exquisita

ternura de san- pedrana y ese no se

qué de picardía y de locuacidad que

iguala á las mujeres de Lima con las

mujeres de Andalucía. Fué el acento

cálido de su voz, fué la naturalidad

y sencillez de su ademán, y fué so–

bre todo el milagro maravilloso de

esos ojos negros é inquietos, que tie–

nen todas las pueblecinas de este pue–

blo grande, capaces de traston1ar el

cerebro del mismísimo tonto Medi-

na .....

La señorita Mercedes García Cal–

derón caracterizó impecablemente á

doña Dolores, comentando con su

voz ronca y fatigosa los sucesos del

pueblo , regañando al bonachón ele su

marido y protestando con muchísi–

ma

razón, de todos los borricotes,

que no supieron admirar la gracia y

el garbo de sus jovenes amigas.

Y como de suscritora.s nuestras ha–

blamos, vaya la lista de todas las que ,

en la platea

y

en los palcos repetían

el m!lagro de hermosura y distinción

de Socorrito: Salcedo Olivares,

l\fo–

reyra Paz Soldán, Ayúlo Laos, Po-

rras Tizón, Mac Lean Viñas, Tanco

Mendoza, Mendoza Camwal, Garcia

Sayán, Cisneros Sánchez, Vasquez

de Velazco Ezeta, Oliva Saláverry,

Aramburú Raygada,- Velarde ·cabe–

llo, Loredo Figari, Loredo Mendívil,

Souza Ferreyra Basagoitia, Sanchez

Concha Aramburú, Ballén Ayulo ,

Talleri Raineri, Letts Sánchez, Hol–

guin Lavalle y muchísimas otras

más.

Otra fiesta de caridad

A la

función de beneficio del tem-.

plo de Chosica de cuyo éxito hemos·

dado cuenta, ha seguido otra, no me.:

nos hermosa y atrayente. Sin dete–

nernos en los números de canto y

poesía en los que la señorita Horten-

1-ia Gutiérrez, Anita Venn y Elena

Aramburú Lecaros y los señores Cis–

n~ros e Izcue, tienen conquistado un

merecido renombre, hemos de rese–

ñar nuestra impresión sobre los cua–

dros vivos a los que un nuevo y en–

cantador grupo de pollitas prestaba

el atractivo de su gracia

y

hermo–

sura.

Declararemos sinceramente que, el

que más, cautivó nuestra admiración

fué el de la Gallina Ciega. Sin la

aglomeración y desarmonía de per–

sonajes de los cuadros anteriores;

triunf

p

por la elegancia y sencillez

del conjunto , por la fresca}' prima–

veral belleza de las figuras y por la

delicada tonalidad de los colores.

Rosas de Francia, ro::.a pálido

y

sugestivo, rosa de gardenias y de da–

lias primorosas en el traje de la se–

ñorita El vira Ballén Ayulo. Temblor

de lilas y de tímidas vio letas, páli–

das tintas de un melancólico crepús–

culo de amatista para la suave belle–

za de la señorita Teresa García Sa–

yán. Azul de cielos de verano, azul

celeste de los mantos de las Vírge–

nes, azul de inocencia para la gracio-