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plegarias
y
oraciones para pintar los
misticismos de una Santa Rosa, eran
aceros ensangrentados
y
relámpagos
de odio en la maravillosa escena de
la venganza de ·Cornaro.
Atraído por la luz como las mari–
posas r egresó a la patria de Delacroix
y de D avid, y en una mañana inver–
nal sus dulces ojos de nazareno se
cerraron para siempre habiendo en–
trevisto acaso la diafanidad d el cielo
patrio;. sus
venerab les barbas de
Moisés se extremecieron en un bal–
buceo de plegaria aprendido a la
orilla del mar, y voló su espíritu a
la r egión de las @strellas y de la
luz.
Su ob ra maestra es el Hamlet, por
que este art ista taciturno que no sin–
tió más amor que el de la línea
y
-el
color, heredó algo de l espíritu del
espíritu del pálido príncipe dinamar–
qués . D ebió p intar ese cuadro en
horas de .fiebre y de sonambulismo,
aterrado a11te la expresión de locura
y de misantropia que supo dar a su
rostro, como un nuevo Miguel Angel
lo besó en la frente y le dijo duda! .. .
Kittem.
11-
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==::;:==El
hon1bre
que me jaló====
LOA MÁXIMA
A vosotros que fuis teis
víctimas de la zaña im–
placable de losexamin a–
dores, a vosotros que
estais unid os en la tum–
ba inmensa de l,,s que ca–
yeronen el campal com–
ba.tede los exámenes, de–
dic't ,esta
salvaje Lo,1
Máxima.
El
autor.
Y era un hombre que era largo,
largo , largo, largo ....... .
Tal el sueño de nn opíparo lagarto.
Sus bigotes eran tiesos,
sus bigotes eran duros,
como lanzas de cosacos,
como escamas de llorones cocodri los!
Encerrado en la lev ita pontificia
que los hijos de Walt Withman ven ahorf! •
era un grave y fiel trasunto
del mod elo que a lguien tuvo
para hacer aquella estatua
qne en la plaza de Santa Ana,
hace muecas y se ríe
con los negros
y
agoreros gallinazos...
Otras veces lleva saco
y pasea s u figura por los claustros de 8a,n
a compás de los s il bidos
[Ma rcos,
del ttt1tóctono y salvaje Veta-ncourt Aristi–
I es entonces cuando finge,
g uieht.
embt1tido en la nostalg ia de su tongo clocto–
ser el paso ele un criollo
y
one step.. . . . . . .
. •.
E s a ratos veleidoso,
es a ratos coqnetór¡_
[ r a l,
truj_ilrleséo
y precia ele Tenorio con su cara de mandril
Ha viv ido en otras tierras
fecundas y gloriosas,
y
cuentan los infolios ele un archivo inme–
que como nuevo Atila
allí donde el camina
(niorial,
no vuelven las yerbas a crecer .....
Yo lo h e visto en· una noche
toda llena-de 111un:iálc1gos y d e musica de
hacer cantos a los patos
a los pálidos mastuerzos
[sapos