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rra, entónces -resolvió tra.;;Jadarse a Chile, en cuya virilidad i

enerjía vió por de pronto ' excl usivamentc cifrada la sal vacion

del Perú. Mas, desistió luego de este viaje, al saber, como es de

presumir, por las comunicaciones de Bujanda, que le faltaba la

confianza de Portales, lo que habria inutilizado su viaje i oca–

sionádole tal vez molestias i desaires. Ya hemos referido poco

ántes cómo por causa de una informacion errónea, el poderoso

Ministro de Chile llegó a desconfiar de Gamarra i de Bujanda i

les negó explícitamente toda participacion en la campaña que

estaba disponiendo contra el réjimen protectora!. Gamarra disi–

muló esta humillacion con cierta magnanimidad. Cuando llegó

al Ecuador la noticia de los sucesos del Baron

i

de la muerte

de Portales, los peruanos asilados en Guayaquil celebraron pom–

posas exéquias en honor del ilustre ministro. Gamarra presidió

dor, habria infaliblemente una revolucion, i quizas nos hostilizarian por la

espalda;

i

4

ª

En fin, que la mayoría del Congreso no solo está por la neutralidad,

sino

que la ha declarado como una regla invariable de conducta que debe

observar el Ejecutfro. Por este cúmulo de razones que son de mucho peso,

es mui difícil que pueda tener en las actuales circunstancias una alianza con

Chile. Ninguno mas que yo ha tenido deseo de que se verifique esta alian–

za ;

i

cuando digo a Ud. que por ahora no puede ser, es sin duda porque las

dificultades son grandes, casi insuperables.

Por lo que respecta a los deseos que Ud. mue!!tra de que yo mandase en

jefe las fuerzas combinadas, creo que esto nunca podria ser por las razones

que espuse a Ud. en Babahoyo. Yo debo ser siempre moderado, para no

considerarme capaz de llevar sobre mí un peso tan enorme, i mucho ménos

para juzgarme el único digno de tal empresa:. Sin embargo, me será siem–

pre grato el honroso concepto que merezco a Ud.

El señor García del Río ha llegado a esta capital. Parece que su mi ·ion

tiene por objeto celebrar un tratado de pura amistad, mas no podrá conse–

guirlo, en razon de haber el Ecuador ofrecido su mediacion. Aunque soi

amigo apasionado del eñor García del Río, le he manifestado con franque–

za mis opiniones, pues no me gusta engañar a nadie.

Memorias a los amigos i Ud. créame su apasionado de corazon.

J.

FLORES.

He hablado con

e~

coronel Torrico,

i

le he dicho que procure verse con

Ud. para que lo imponga de todo.

(Paz Soldan, obra citada, páj.

370.