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gresos de una i otra república, a los cuales: como al de Bolivia,
debia someterse la ratificacion de la lei fundamental de la Con–
~
deracion. Lo que pen . aba en {1Ste pa1 ti cular el Protector, era
un misterio. Pero sucedió que, apénas publicado el pacto de
Tacna, la opinion pública de Bolivia e conmovió hondamente,
i se hizo oir en protestas i cen. uras que no podían ménos que
impresionar el ánimo del Protector. Se acercaba la época en
que debia reunirse en Chuquisaca el Congreso de Bolivia,
i
para
este caso esperaban los enemigos del pacto hacer valer su
optnton.
El Protector se alarmó p1 ofundamente tan pronto como com–
prendió que la carta fundamental de la Confederacion Perú–
boliviana habia uscitado prevencione
adversa
en la opinion
pública de Bolivia.
(12)
Llegó a cr er desquiciada su obra favori–
ta, si el Congreso de aquella República, que debia reunirse a prin–
cipios de Agosto, no sancionaba el pacto en todas sus partes.
Así procuró ante todo evitar esta rcunion, tomando por pretesto
la guerra de Chile. En carta fechada en Lima a r 3 de Julio de
r 837 i dirijida a don Andres Torrico, que estaba en el Cuzco i
pre idia el Consejo ejecutivo del Estado sur-peruano dcspues
de instarle con urjencia que se traslada e inmediatamente a
Chuquisaca, le decia:
11
Acabo de despachar un oficial con des–
pachos para el señor Calvo (el Vice- presidente de Bolivia)
i
con cartas para muchos diputados, aconsejándole :
r.
0
que no
se reuna el Congreso hasta que cese Ja guerra i yo pueda dar–
le cuenta de mi conducta, del pacto de Confederacion i de las
grandes ventajas que hemo · sacado de la campaña;
2.
0
que se
trabaje a toda co. ta por que el pacto sea aprobado íntegramente
en caso de que se hubiese reunido i haya confianza en los dipu–
tados; 3.
0
que se ponga en receso,
~i
hubiese algun temor de que
se pronunciase contra el pacto, que es lo mi mo que si se pro–
nunciase por la política de los chilenos; 4.
0
que en todo caso se
so tenga el espíritu de órden i la armonía dentro del Congreso,
i
que no se haga co5a alguna que pueda poner al Congreso en
contradiccion con el Gobierno,
i
con la política que hemos sos-
(I2)
Véase en la nota
A
del Apéndice, lo
que
anta Cruz pen aba
del
espíritu público de Bolivia.