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tenido en el exterior. Estos son los mismo encargos que hago

a u ted para que lo sostenga como apoderado mio i del ejérci–

to pacificador.

11

Nada ha ocurrido ha ta ahora que sea mas grave i que pueda

traer con ecuencias de mas trascendencia. Si las resoluciones del

Congres0 nos fuei;en favorablec;,

i

se aprobara el tratado de Con -

fedcr acion, quedaríamos asegurados para diez afios,

i

des pues

de diez año· nadie alteraria el sistema establecido: si al contra–

rio no

fueran sus voto desfavorables, quedaríamo · bajo la in–

fluencia de nue tros enemigos que no hacen la guerra porque

no e haga la Confederacion. Nuestro Congreso tiene pues en

su mano la facultad de que venzamos o de hacernos derrotar.ir

E mui digna de considerarse la correspondencia que acer–

ca de e te mismo punto cambiaron entre sí el jeneral Santa

Cruz i el Vice-presidente de Bolivia don Mariano Enrique Cal–

vo. Este boliviano, abogado de profe ion, que babia comenzado

su carrera pública en tiempo de la pre idencia de Sucre i que en

el primer período de la administracion de Santa Cruz

desempe~

nó el ministerio de gobierno,

fué

elejido Vice-presidente de Boli–

via en 1835, mediante la influencia de Santa Cruz, que obtuvo en–

tónces por segunda vez la presidencia. Calvo, hombre modesto

i ha ta tímido, íntimamente ligado a Santa Cruz por los lazos

de la ami ·tad

i

de la política, se hizo cargo del Gobierno de

BoJivia desde que el Presidente emprendió la campafta de la

pacificacion del Perú i durante las vici. itudes

i

sucesos que obli–

garon a Santa Cruz a permanecer alejado de aquel Gobierno.

Cuando el Congreso de Bolivia, reunido extraordinariamente en

la villa de Tapr:tcarí en Junio de 1836, aprobó dócilmente todos

los acto. de Santa Cruz, autorizándolo para llevar adelante los

trabajos referente a la Confederacion Perú-boliviana, tuvo la

ocurrencia de di cernir al Vice-presidente Calvo, sin duda por

insinuaciones de aquél, el grado de jcneral de division del ejér–

cito de Bolivia, ape ar de ser el agraciado completamente es..

trafto a la profesion de las armas. (

I

3)

(13 ) En el men aje donde el Vice-pre idente dio

L

uenta de su ad mini tra–

cion al Congreso de

r

83 7, dijo con relacion a e te jeneralato:

G::Permitidme, eñore , que al concluir o ocupe un momento de mi

per-