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podido dejar de afectarse de la idea de que se le quisiera impo–
ner con un armamento i que no se haya apreciado la causa ver–
dadera de su modcracion. Jamas hemos sido tan fuertes, i usted
sabe que cuando éramos ciertamente débiles, supimos imponer
a enemigos fuertes que teníamos a nuestra vista: pero aseguro
a usted que todo variará i que volveremos a tomar nuestro tono
moderado, de de que se advierta en el Gobierno de Chile i
en su conducta un sentimiento de razon i un deseo de nego–
ciar de buena
f
é.
Anúnciele usted que estaremos prontos a oir sus cargos i a
satisfacerle por los agravios que se nos imputan, i a convencer–
le de que no le hemos hecho ni procurado el menor mal. Si se
probase alguna falta contra algun empleado en el asunto de
Freire; le someteremos a juicio, le castigaremos, indemnizare–
mos a Chile de cualquier agravio que le hubiera resultado. Esta
conducta, no solo la creo debida a él, sino al decoro mio, por–
que fundo mi política en la justicia, i no consentiré nunca en
dar fundados motivos de queja a ningun estado vecino. En
cuanto a Lavalle, fué una medida de precaucion la que se tom6,
suponiéndole fundadamente cómplice de alguna otra maquina–
cion consiguiente al atentado del
Aquiles,
a cuyo bordo estaba
i
dejó un hijo del J eneral Prieto; pero tan luego como me
convencí (a los 5 minutos), del buen espíritu del pueblo i de
que no babia que recelar de él, lo mandé poner en libertad
i
darle pasaporte. Él procuró en vano recabar de los ajentes es–
tranjcros contestaciones que favoreciesen sus reclamaciones;
ninguno culpó al Gobierno ni dejó de desaprobar el atentado
del
Aquiles.
Sin embargo, cstoi pronto a dar por este hecho la
satisfaccion debida, como un homenaje a la justicia
i
a las in–
munidades diplomáticas, por fundada que crea la determina–
cion tomada entónces.
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Será justo a la vez exijir que el Gobierno de Chile nos sa–
tisfaga por el atentado del
Aquiles,
que nos vuelva nuestros
buques i que desista del empeño que ha tomado en concitarnos
enemigos, protejiendo la causa de Salaverry i la de todos los
emigrados. Sus documentos oficiales estan llenos de ofensas
i
de calumnias, i está en vigor la autorizacion para declararnos
la guerra, a cuya disposicion aun no he querido contestar por