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una buena intelijencia, merecerá mi aprobacion i será un moti–
vo de mi gratitud. Hasta la llegada de la Escuadra nada ha–
bia alterado estos
mis
sentimientos que felizmente dominaban
en todo el Perú; pero su presencia con pretensiones de entrar
en el Puerto, ha despertado el espíritu nacional, ha exaltado
la indignacion i el entusiasmo popular de tal manera, que todo
puede decirse ha cambiado contribuyendo mucho a multiplicar
la cpinion en favor del Gobierno; a quien no se mira hoi sino
como el protector de sus derechos i el apoyo de su seguridad.
11
Por los impresos que le envio, se enterará usted de las con–
testaciones que hasta hoi han tenido lugar con el jefe de esa
Escuadra i con el señor Ministro Egaña, i se asombrará de la
táctica singular que se quiere acioptar de hostilizar nuestros
buques i
embargarnos
el Callao, a la vez que el Ministro nego–
ciase
i
nos impusiera sus condiciones. Se asombrará usted,
como se asombran todos, de la rara anomalía de hacernos la
guerra sin decla rarla, pero hablando siempre de paz, i atribu–
yéndonos actos de hostilidad que no hemos iniciado todavía.
11
No estoi, sin embargo, disgustado de esta táctica, supuesto
el empeño de ese Gobierno de hacernos la guerra,
~orqúe
ella
nos ha valido el triunfo mas completo en la opinion de los na–
cionales
i
estranjeros, i porque ella ha disminuido todos los
usos de alguna importancia a que podía haberse dedicado la
flotilla de Blanco. No reconocido su bloqueo, como no lo
será, ¿qué mal puede hacernos? Robar algunas aldeas de pes–
cadores i sembrar nuestras costas de los escritos de Pardo; no
puede compensar el sacrificio que está haciendo el Gobierno
de Chile para mantener esta flotilla, sacrificios que no puede
sostener seis meses i que le atraerá graves males. Negando
nuestros mercados al C<?mercio i a los frutos de Chile, i sol–
tando media docena de corsarios, que nada nos cuestan, ani–
quilaremos su marina mercante i pondremos en consternacion
a todos los productores i al Gobierno mismo, cuyos únicos re–
cursos de aduana disminuirán considerablemente.
11La presencia rle Ja Escuadra con un aparato tan hostil, ha
excitado ciertamente la indignacion pública, cuyo efecto inme–
diato han sido los escritos que usted encontrará ménos modera–
dos que lo eran hasta ese momento. El Gobierno mismo no ha