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cas astucias , para logra.r por este
medio
lo que no
habia
po¿iJo
conseguir por
el
primero. Notorio es á todos lo que
en
la mañan:t
del día
1
4 del corriente atraxo
á
la Iglesia de
Montesion
un cre–
cido 11úmero de personas , con el falso rumor que se hab-ia esp:ir'–
cido en el Pueblo , de que una Imágen de Maria Santísima , con
el glorioso título de Ja
Concepcion
,
colocada en su portada ,, ·había
mudado milagrosamente la positura de las manos ;
y
que tenien–
dolas ántes juntas y elevadas , las había cruzado sobre el pecho.
No es creíble quanto conturbó nuestro ánimo esta novedad , aun.–
que quando llegó
á
nuestra noticia , ya estaban dadas todas las
providencias por el Gobierno para Ja quietud pública , con la pron–
titud
y
acierto , que su acreditado zelo
y
vigilancia le inspiraron.·
Reflexionamos desde)aego las circunstancias de tan detestable su–
posicioo ; y uniendo á la del sitio la del glorioso rnisrerio que re–
presenta la santa Imágen , creemos que es la mas
irrremal
y
!a
ma~
propia , que pudo inventar la malicia , para conmover los áni–
mos-de esta Isla, así por la grande, tierna ,
y
antigua devocion?
que todos profesan
á
dicho misterio ; como por la indiscreta pa–
sion que algunos conservan á los antiguos habitadores del referid<>
sitio·, que solo pudo producirla el malignq espíritu del mas per–
vérso defos hombres, y mayor enemigo de
la
pública quietud
i
s·osiego ,
c~n
1
presencia de la devocioo de fos unos , y la pasion de
los
otros:
'
- !44
Como era tan faci1 y patente
á
todos el desengaño con la
-bista·de la santa lmágen , juzgábamos desvanecida la impostura,
y
así lo creemos de todos , especialmente de las personas juiciosas ·
y
timoratas, en quienes no pudo caber asenso á semejante espe–
cie , ni en aquellos que con ojos indiferentes miran las cosas á la
luz de la razon. Pero como uno y otro falta en las personas idio-–
tas
é
ignorantes , cuyos ánimos conturbados con una repentina
novedad, facilmente se persuaden á lo que les lleva su inclinacion,
no estamos seguros de las resultas , que puede pro::lucir la voz de
esta novedad en aquellos, que con su misma vista no hán querr–
do 6 podido desengañarse , quando de
los
mismos que concurrie–
ron al expresado sitio , entre confusas voces se oian , ( segun hé–
mos entendido) las de algunos, que decían era cierta la mudanza
de manos en la santa Imágen , sobre que se está haciendo la posi–
ble averiguacion de nuestra órden ; y en el Ínterin , dexando
á
la
prudente
reflex~on
de cada uno los abominables fines.del que
fra- '
2UÓ
esta jnve C"'jon
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