1
3 ) ,
amiHad,
y
ali3nza, para combatir jantos-concrn los hom•
bies,
y
disputn
á
esto' su racionalidad
a
.roda com. Tal
fue el ememo de gcsticu\acion
á
que
!Irgo
esta monrria.
· En
dcéh.>
como
todos nan al)imalicos de
c:~ta
'fUasi hHmana e.cpecie,
no huvo dificulcad, en ·celebrar una.
amistosa
cor.ft·deracion,
y
obtener algunas patentes
mo–
no·sor.i li
urarias,
para que dímibuiclas entre los
rnas
so–
brelaliemes
mono
ltttrarios
de
Atif,~lopolis
cont ribuyesen
u•
11animes
á
t1n a derroca mono-cririco-bufonaria..
Una
cana
fue en efcéto
el
pri~er
raigo con que estos recirn
·ere.,;
:idos alt1rnn os c:elebrJron
Ja
apcrcur.1 de su nueva alianza
mo110
literaria
con la asarr.ble:i
Simio·
pobtana:
pintan ect
ella
á
los hombres con propiedad propia de rn propia
especie, y arreglo
á
sus propias
mona~
idéas; pero como
el
mono-critico
autor de
la
.obra r¡o paso debJx::>
de
la
pintura aquella
trine inscripcion, que
orr,o mJs
diesm>
pintor no pudo menos de poner al pie de st'l obra di•
ciendo:
E.<te es un gato,
no se supo sino por conjernras,
qoal fuese el objeto
·de su
direccion. Tal era
b
propiedJd
é
immedin ion de
la
Metaphora.
De todos modos se receló que no pudiendo unos
y
otros
munos Jimiopolitanos,
y
Anfalopolitanos,
imicar
con finura cienos racionales, urbanos, hJrmoniosos,
y
de–
liciosos congresos
de
los hombres, sin incurrir al
tiempo
de imi
ra r enmil baxezas
propi.isde
su
especie, qaisie-.
ron rc
prob.irlas mas sa
zonadas ubJs, queri-:ndo pe-rsna·
dirse
j
que emb;;n en agraz, por
q•1e
no las podia1
al.;
canzar:
pncs
no e> regula r
qne
el
soliciro
lab~ad0r d~scuy
d:::
sus
frutos para que los coman'
las
ave' de
rapilÍl,
1íi
con9eniente
á
los hombres franquear su correspondeocll
á
monos,
por mucha analogia que tengln entresi en ciert;\$
acciones,
y
figuras.