I
:¡
9'–
vim,
quan e1<temas,
y
comprehensiva$ dtben ser hs par–
tes que componen esta Ciencia,
y
6C
lia1á cJrgo, que para
po~eerla ~
11ecesira un caudal
gr.rnde
noticiJS theoricas,
y
de experiencias praétic;¡s.
L:i
bala
de ia Ciencia
mercaAnl
es el
bien
del E!tadn; rn
cs{'ncia,
S-l!S
prnpiccbd<·G,
ws
an.
tece<lentes,
y
sus
co:isc:quencias,
dependen
de una infini–
dad de cosas, que al parecer de los ignorantes son opu–
estas,
y
concrarias,
y
que sin
embargo
conspiran
todas
al
brneficio,
ó
á
la ruynJ de lus
Em"c~os.
Estos
conocimien–
tos, necesarios para alcanzar Ja Ciencia del Comercio, con-
6iHeo en saber disringuü
6llS
partes
perjudiciales, que
la
darían.
b
Ciencia
del
perfo~to
Comerciante
consiste,
pues,
en
siaber5.e.
valer corre los infiniros
ramos
propios,
y
a(d–
clentales ' del Comercio, que co11duce11,
y
sirven para el
bj •
en univenJ1 de .roda' las NJci ones, de aquellos que fJvo–
r.ec.en.á
cada
N~cion
en
particular,
y
aun
~
C:ttfa
uno
de
los
i11diJ.1iJuo¡
de
ella, graduando
formalrr.ente
los hcnefi.
ci0s
que ;;cr:i:rn,
l
fin de
est~blecer
por
el
ma~,
ó
me·
uos,
el inlfoiw
que pL,eden rener lai gaoancÍls,
ó
perdidJs
de 1
s
parcicu1.are&
1
sobre
·el
emdo de
Jos
negocios del
del
lkyno.
ó
de
ia.
llrpublica.
Toda513s Naciones Europeas confiesan que la gran.;
acza,
1
la
CóMerva¡'.liOn
d~j
E.uado,
o/
ele
los
panic·dare~.
,pende
del
pali6co,
guze
de
s•!S:
bienes.
y
que este
g.oze de–
pende de
I~
1mam1¡:cncion
1
y
aumc:nw
del
Comercio.
Si
.esto
es
~si,
podemos
decir
sin hyperbole, que en el Co–
mer
io
no
solo
se
interesan
lo s
Carnerciant{'s,
Faéto res~
Mercaderc•,. F_abricames, Anififcs, Nobles,
y
rnda la Plebe;
.sino cambien :los P.rincipcs, loi
Mi-Oimos,
y
tod.oslos mi–
embros del
fü~aílo:
y
r almente, segun
el
sis1hcma ol.'tc.Jal
de la
Europa, no hay uegocios, cuya imporcar.cja debiera
fi-